Rosa tenía miedo de que Raimundo volviera a sacar el tema del trámite de divorcio. Después de un rato de llanto y discusión, fingió que necesitaba descansar y lo echó de la habitación.
Tomó el espejo y, al ver su cara pálida y apagada, apretó los dientes con rabia. Por dentro, deseaba mil desgracias para Vanesa.
¡Todo era culpa de Vanesa! ¡Por su culpa había terminado así!
A partir de ahora, cargaría con esa mancha para siempre.
Entre más lo pensaba, más coraje sentía.
De pronto, una idea cruzó por su mente. Agarró el celular y abrió la aplicación de videos con desesperación.
Quería ver cuánta atención estaba recibiendo su video de baile.
Antes de que la metieran en la comisaría, había notado que el video ya tenía muchas vistas y la sección de comentarios estaba llena de elogios para ella. Incluso había varios mensajes criticando a Vanesa, lo cual le daba un placer enorme.
Ahora, seguramente habría todavía más comentarios.
Sin embargo, al abrir la aplicación, se topó con la desagradable sorpresa de que su cuenta había sido bloqueada… y para siempre.
No solo eso, todos sus videos anteriores también habían sido eliminados.
¿Qué rayos estaba pasando?
Rosa se quedó en shock.
Intentó buscar sus videos en otras plataformas. Cuando su coreografía se hizo popular, muchos usuarios la copiaron y subieron a diferentes aplicaciones, así que debía haber algo.
Pero no encontró nada.
No importaba cuánto buscara, no quedaba ni rastro de sus videos.
¡Su video había sido borrado de toda la red!
Mientras la rabia y la confusión se apoderaban de ella, de repente recibió un mensaje de la presidenta del grupo de danza.
[Disculpa, señorita Ávalos. Tras una reunión, el grupo ha decidido por unanimidad pedirte que te retires. Ya publicamos el comunicado en la página oficial. De ahora en adelante, cualquier cosa que hagas no tiene nada que ver con nosotros.]
Por un instante, la cabeza de Rosa quedó en blanco. Un zumbido la llenó de impotencia.

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