La Doctora Maravilla romance Capítulo 137

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—Ese no es un problema —dijo Emma—. Pásame los cafés con leche. Voy a ir allí de todos modos.

Samanta vio hacia las escaleras.

—¿Quiere que Delia vaya con usted?

—No. ¿Por qué debería tener miedo en mi propio territorio? —dijo Emma.

Samanta sacó la lengua. Había olvidado que Emma era la dueña del Grupo Adelmar. La empleada metió los dos cafés con leche y algunos bocadillos de cortesía en una bolsa y se la entregó a Emma.

Emma se puso el casco y salió en su moto. Los maleantes habían destrozado su bicicleta eléctrica y Benjamín no le había comprado una nueva. De todos modos, no la necesitaba. Abel se había mudado y ella no tenía que fingir que era pobre. Emma llegó al vestíbulo del primer piso y habló con el guardia de seguridad.

—¿Jazmín Escobar? Ah, es la asistente del Señor Iriarte y la jefa de la oficina de secretarias. Puede entrar por ese elevador.

—Gracias —dijo Emma y tomó el elevador hasta el piso 90. Tocó la puerta de la oficina de las secretarias—. Entrega de café. Busco a la Señorita Jazmín Escobar.

—Está en su oficina, al final del pasillo —dijo la oficinista.

Emma fue por el pasillo y tocó la puerta.

—Adelante —dijo una voz femenina.

Emma entró por la puerta. Una mujer vestida de oficinista se levantó de la silla.

«Se ve tan atractiva, pero tiene un comportamiento duro».

—Su café.

Emma dejó la bolsa del reparto sobre la mesa y sacó su móvil para aceptar el pago. Jazmín pagó la entrega, tomó una taza de la bolsa y le sonrió a Emma.

—Esta es para mí. La otra es para el Señor Iriarte.

—Bien —asintió Emma—. Si no hay nada más, me voy. Disfrute del café.

—¿Yo dije que ya puede irse?

Jazmín sonrió con satisfacción. Emma se quedó sorprendida.

—¿En qué más puedo ayudarla, Señorita Escobar?

Jazmín se levantó, caminó por un costado del escritorio y rodeó a Emma. Emma se preguntaba qué estaba pasando cuando Jazmín le salpicó la taza de café.

—¡Sabía que eras una seductora! ¡Solo ve cómo vistes!