Mercedez pensaba que tendría que esperar unos días para recibir noticias.
Sin embargo, esa misma tarde, Armando le llamó y le dijo: "El Sr. Burgos y la Sra. Andrea asistirán a una subasta mañana, ¿vamos juntos para echar un vistazo?"
Mercedez, al escuchar esto, sonrió y respondió: "Está bien."
La noche siguiente, al poco tiempo de llegar a la subasta, Armando llevó a Mercedez hacia donde estaban el padre de Jaime, Lucas, y la madre de Jaime, Andrea, para presentárselos.
Lucas y Andrea ya sabían de la relación entre Armando y Paulina, y también de todos los conflictos entre Paulina y Mercedez.
Sin embargo, cuando estaban frente a Armando, no mostraron ninguna emoción especial debido a Paulina.
Sonrieron al estrechar la mano de Armando, lo saludaron cordialmente, e incluso cuando Armando presentó a Mercedez, Andrea sonrió amablemente y le estrechó la mano: "Hola."
La subasta estaba llena de personas influyentes, y después de intercambiar algunas palabras, cuando Armando y Lucas comenzaron a hablar de negocios con otras personas, Mercedez encontró la oportunidad de hablar a solas con Andrea.
Después de un momento, fue al grano y dijo: "Andrea, hoy he venido porque tengo algo que pedirte."
Andrea sonrió y respondió: "El Sr. Armando es tan joven y prometedor, ¿qué podría ser que no pueda resolver él? Srta. Mercedez, estás bromeando."
Mercedez dijo: "Tiene que ver con el Sr. Jaime."
Andrea se detuvo: "¿Con Jaime?"
Mercedez respondió: "Sí."
Andrea estaba a punto de hablar cuando miró su teléfono en el bolso y dijo: "Tengo una llamada, permíteme atenderla."
Mercedez dijo: "... Está bien."
Andrea tomó su teléfono y se alejó un poco para atender la llamada.


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