Paulina y Dane intercambiaban referencias y citas, platicando con fluidez y soltura, como si se tratara de una competencia amistosa de conocimientos.
A cualquiera que los observara le quedaba claro: cuanto más platicaba Dane con Paulina, más se le notaba el entusiasmo y la sorpresa, al punto de que, en medio de la conversación, hasta él mismo comenzó a notar algunas áreas donde le hacía falta mejorar.
Eso, lejos de incomodarlo, lo llenaba de alegría.
—Sabía que no me equivocaba contigo, Paulina. Eres mejor que yo, sin duda alguna —admitió Dane, con una sonrisa sincera.
¿Quién era Dane, después de todo?
El hecho de que Paulina, siendo tan joven, tuviera semejante bagaje de conocimientos, y que incluso Dane lo reconociera abiertamente, dejó sin palabras a quienes estaban escuchando alrededor.
Solo Jaime se permitió una sonrisa discreta, casi imperceptible.
Mercedez, por su parte, se mantenía en silencio, atenta a cada palabra.
Alicia, que no dominaba mucho el inglés, no entendía ni la mitad de lo que Dane y Paulina decían. Verlos platicar tanto rato, y sin señales de acabar, la tenía ya desesperada.
—No sé qué tanto tienen que platicar. ¿Es en serio que no terminan nunca? —soltó, cruzada de brazos y rodando los ojos.
Mercedez no respondió, pero la mano con la que sostenía su vaso comenzó a tensarse más y más, hasta que los nudillos se le pusieron pálidos.
Aunque el sector de inteligencia artificial en el país había avanzado muchísimo en los últimos años, y figuras como el señor Torres y la doctora Navarro ya eran bastante conocidos, había que admitir que, en términos de nivel, aún quedaban varios escalones debajo de personas como Dane o Smith.
Si antes, cuando Paulina fue invitada a la mesa redonda de la Universidad del Valle del Sol, Mercedez pensaba que ella había aprendido uno que otro truco estando junto a Jaime, ahora… ahora ya no estaba tan segura.
Porque la cantidad de conocimientos que Paulina demostraba era abrumadora.
Tener la capacidad de dejar atrás a alguien como el señor Dane en una charla técnica, ¿cómo podría ser cuestión de un solo año? Eso simplemente no tenía sentido.
En otras palabras, lo más probable era que Paulina, incluso antes de entrar a La Conquista Comercial, ya contara con una base sólida y considerable en su campo…
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