La Espectacular Transformación de la Reina AI romance Capítulo 520

Teófilo iba a salir con ellos también, pero justo antes de salir le surgió algo y ya no pudo acompañarlos.

Por la noche, se suponía que Armando iba a invitar a todos, pero apenas llegó al bar, saludó rápido y avisó que tenía una cita con unos amigos, así que se fue enseguida.

Jaime tenía un par de amigos cercanos en Nueva Alborada. Después de sentarse un rato con el grupo, sus amigos llegaron y lo invitaron a tomar algo.

Paulina no conocía mucho a los amigos de Jaime, así que lo acompañó a saludarlos, pero no se quedó en su mesa privada.

Después de bailar casi una hora con los de La Conquista Comercial, Paulina regresó y se sentó con el resto para platicar.

No se podía negar que ella tenía una presencia que sobresalía entre la multitud.

Apenas se sentó, varios se acercaron a invitarla a tomar, pero ella rechazó cada invitación sin dudar.

La mayoría, después de escuchar su respuesta, entendía la indirecta y se retiraba.

Pero siempre hay uno o dos necios.

Uno de ellos, vestido a la moda pero con un aire bastante desagradable, puso mala cara y soltó:

—Señorita, ¿no es de aquí, verdad? ¿De verdad no sabe quién soy? ¿Tan poquito valgo que ni una copa acepta?

Otro le siguió el juego:

—Eso, ni te imaginas quién es nuestro Sr. Moya. Que él venga en persona a invitarte y tú ni caso le hagas… así no se hacen las cosas, eh. Vas a acabar metiéndote en problemas con nuestro Sr. Moya...

Paulina arrugó la frente, fastidiada.

Aunque Armando no se había quedado con el grupo de La Conquista Comercial y los del Grupo Frias desde que llegaron al bar, en realidad sí seguía ahí, en uno de los privados del piso de arriba.

Desde su lugar, tenía una vista perfecta de todo lo que pasaba abajo.

La belleza de Paulina no pasaba desapercibida.

Los dos empresarios que platicaban con Armando también se fijaron en ella, y por supuesto, en el alboroto que se estaba formando.

Uno de ellos comentó en voz baja:

—Abajo sí que hay buen panorama.

Antes de que la situación se pusiera peor, Reinaldo apareció:

—¿Sr. Moya, verdad? Soy Reinaldo, el secretario del señor Armando del Grupo Frias.

El Grupo Frias era una de las empresas más grandes del país. Aunque Armando no fuera originario de Nueva Alborada, era imposible que el Sr. Moya no supiera quién era.

Al escuchar a Reinaldo, el Sr. Moya levantó la vista hacia el piso de arriba, justo hacia donde estaban Armando y los demás, y claro que los vio.

Con eso, aunque le costó trabajo, el Sr. Moya se tragó el orgullo y se marchó.

Cuando ya todo estuvo calmado, Reinaldo le echó una mirada a Paulina y se regresó.

Los de La Conquista Comercial por fin respiraron aliviados.

—Menos mal que el Sr. Armando mandó a alguien a intervenir. Si no...

Paulina solo escuchó en silencio, sin mostrar ninguna emoción.