La Esposa de Lobo romance Capítulo 199

"¡Ridículo!". Idris no pudo evitar una mueca de desprecio cuando Anthony habló. "Si esto fuera la capital, no puedo decir que soy el más poderoso".

"Pero en una pequeña ciudad como Sumeria...". Idris dijo con arrogancia, "No hay existencia que no pueda permitirme ofender".

"¡Exactamente!".

"El viejo maestro Crestfall es el jefe de los Crestfall en la capital. ¿Crees que es Belarus Crestfall de Sumeria? Belarus es como un fideo mojado. Siempre está a merced de los demás".

"Viejo Henderson, los tiempos cambian".

"Viejo Henderson, debes haberte asustado por ese Rey Lobo, ¿verdad?".

Numerosos dignatarios se hicieron eco e incluso se burlaron de Anthony.

En el pasado, Anthony era la gran montaña por encima de ellos.

Sin embargo, ese ya no era el caso.

Ahora, la gran montaña era los Crestfalls, Idris Crestfall. Por lo tanto, la dirección del viento cambió naturalmente.

Cuando Anthony escuchó a Idris decir esto, no pudo molestarse más.

El Rey Lobo...

Solo cuando una persona se enfrentara a él sabría lo aterrador que era realmente.

Ni siquiera los Crestfalls de Metrópolis serían suficientes para llenar los colmillos del Rey Lobo, y mucho menos los Crestfalls de la capital. ¿Qué sentido tenía luchar?

'Nunca intentes enseñar a cantar a un cerdo. Es una pérdida de tiempo, y molesta al cerdo'. Ahora él sabía lo que significaba ese dicho.

Por desgracia, se dio cuenta demasiado tarde...

"Señoras y señores", Idris habló de nuevo, sus palabras llenas de significado. "Para ser honesto, ayer, los Timberland vinieron a mí y querían pedir clemencia por Andrius Moonshade. ¿Pueden adivinar lo que pasó?".

Todos se quedaron atónitos.

Los Timberland eran una de las tres grandes familias de Sumeria y en el pasado solo eran ligeramente inferiores a Anthony.

¿Eran el objetivo de los Crestfall?

Idris no esperó a que contestaran y dijo con orgullo, "Bruce Timberland está al borde de la muerte, y Sonia Timberland fue torturada en mis manos hasta ser... ¡menos que humana!".

¡Hiss!

Muchos dignatarios jadearon.

Solo bastó un día para que la familia Timberland fuera destrozada y arruinada...

¡Solo podían decir que los Crestfalls de la capital merecían su reputación!