La Esposa de Lobo romance Capítulo 209

Halle no tardó en alcanzar a Andrius.

"Oye, ¿por qué caminas tan rápido?".

Cuando recordó cómo Andrius había mirado hace un momento su teléfono en la habitación, bromeó: "¿Vas a ir a encontrarte con una belleza?".

Andrius contestó sin darse la vuelta: "Así es, voy a ver a alguien".

Todo tipo de sentimientos brotaron instantáneamente en el corazón de Halle. Se sintió increíblemente disgustada y preguntó: "¿A quién tienes que visitar personalmente?".

Andrius dijo casualmente: "Hansel Turner".

"¿A quién has dicho?". Halle se quedó paralizada durante medio segundo antes de gritar. Su voz era mucho más alta que de costumbre.

Miró hacia Andrius y lo miró fijamente con sus hermosos ojos llenos de incredulidad. "¿Quieres decir que vas a conocer a Hansel Turner? ¿El Hansel Turner que también es conocido como el Diablo de las Finanzas?

"Sí". Andrius se quedó pensativo y se corrigió: "Mejor dicho, quiere verme, pero no puedo decirle que venga aquí, ¿verdad?".

Halle se quedó completamente estupefacta.

Hansel Turner...

Era un magnate del mundo financiero. Él era una existencia comparable a un indicador. Una simple frase suya bastaba para que una persona ganara una fortuna de dinero.

¡Ahora, esa persona quería ver a Andrius!

Eso era simplemente increíble. Era para quedarse boquiabierto.

Halle sentía cada vez más curiosidad por la verdadera identidad de Andrius.

Sin embargo, lo más importante ahora era...

"Andrius...". Halle soltó una risita y dijo: "¿Puedes llevarme contigo para que pueda ver a ese magnate de las finanzas?".

"¡No hay problema!". Andrius aceptó fácilmente.

"¡Sí!". Halle saltó tan emocionada como una niña.

"Señor, los invitados de la habitación quieren dos botellas más".

La expresión de Jason se volvió amarga al instante. Había comprado el Romanee Conti a un precio elevado. En la última década, solo se había atrevido a terminar una botella.

Este vino había sido encargado especialmente, por lo que no circulaba en absoluto en el mercado. Aunque su valor de coleccionista solo superaba el millón, la gente que podía poseer la botella en primer lugar no necesitaría un mísero millón...

Nadie la vendería.

Solo por la visita del Rey Lobo había sacado las dos botellas. Ahora solo le quedaban dos botellas.

Pero ahora...

"Muy bien".

Jason apretó los dientes y sacó las dos últimas botellas de la caja fuerte, dirigiéndose hacia la habitación. No tenía otra opción ya que al Rey Lobo le gustaba.

Pronto, llegó a la sala privada.