La Esposa de Lobo romance Capítulo 316

Andrius llevó al Gordo Frank a una fonda a un lado de la carretera.

Había cerveza servida en la mesa y ellos habían comenzado una sesión temprana de carne asada.

Andrius se tragaba la comida, pero el Gordo Frank no tenía apetito.

“Adelante, come algo”. Andrius colocó un pedazo de entrañas en su plato. “Pensé que tus riñones estaban débiles. Este riñón asado es genial. Eres lo que comes, así que esto definitivamente va a mejorar tus riñones”.

“Yo…”. El Gordo Frank apartó el riñón y dijo con impotencia: “Jefe, ¿cómo es que tienes apetito para comer ahora? Si no obtenemos la inversión, ¡el Equipo Cinco estará acabado! Incluso si a mí no me importa el salario, no quiero que todos mis camaradas caigan conmigo. Me siento mal. No tengo ganas de comer”.

Él bajó el tenedor y apartó la mirada.

A pesar de ser el líder de los chicos del Fondo Fiduciario, el Gordo Frank era leal y buen compañero.

Andrius se rio. Luego continuó comiendo su carne asada mientras consolaba al Gordo Frank: “No te preocupes. ¿Alguna vez te he fallado? Obtendremos la inversión. Solo come”.

El Gordo Frank notó la confianza de Andrius. Tras pensarlo, Andrius nunca le había fallado antes, y con esto en mente, su expresión mejoró y comenzó a comer junto a Andrius.

Después de llenar sus estómagos, los dos se dirigieron a la Empresa Celeste.

Andrius le había enviado un mensaje a Sonia. Le preocupaba encontrarse con Rainbow. La chica era aún joven e ingenua, por lo que le preocupaba que pudiera revelarle su identidad al Gordo Frank por la emoción.

Por lo tanto, le dijo al Gordo Frank que entrara solo en el salón mientras él esperaba fuera de la entrada principal, en donde él sacó su teléfono para revisar algunas noticias.

“Creo que usted es el señor Frank Cobalt de la Corporación Luna Nueva. Es un gusto conocerlo”.

Sonia había estado esperando al Gordo Frank. Ella le dio la bienvenida con un apretón de manos y una sonrisa dulce.

“Revise este contrato”. Sonia le entregó el contrato redactado y dijo: “Si no hay problema con esto, firme aquí”.

El Gordo Frank revisó el contrato meticulosamente. No había ningún problema en él, así que firmó con su nombre. Él sentía que estaba soñando incluso cuando salió del edificio con el contrato en mano.

“¿Cómo te fue?”, preguntó Andrius con una sonrisa.

“¡Está hecho!”. El Gordo Frank agitó el contrato en el aire con una brillante sonrisa. “¡Tenemos una inversión de mil millones! ¡El contrato está aquí!”.

“Te lo dije”. Andrius se rio entre dientes. “Volvamos a la oficina y tirémosle el contrato en la cara a los ejecutivos. Quiero ver su reacción”.

“¡De acuerdo!”. El Gordo Frank también ansiaba contraatacar. “Esos ejecutivos han estado menospreciándonos desde siempre. Ahora que obtuve una inversión de mil millones, ¡su reacción será oro puro!”.