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Capítulo 361
El capitán de seguridad miró fijamente a Andrius con desconcierto. “¿Quién eres tú?”.
“Soy un soldado de la Línea del Frente Occidental”. Andrius entonces explicó con impotencia: “Su sistema no tiene permisos para acceder a mi información”.
El capitán de seguridad intercambió una mirada de sospecha con sus hombres. Les parecía difícil creer en las palabras de Andrius.
“¡Tonterías!”.
Entonces, una voz fuerte y poderosa sonó desde fuera de la habitación.
Un hombre con barriga, vestido con uniforme militar, entró en el lugar. Era el superior del capitán de seguridad, el jefe de seguridad de la Oficina Ferroviaria, George Thompson.
George miró a Andrius con desdén y se burló de él: “He sido el jefe de seguridad de la Oficina Ferroviaria por décadas y esta es la primera vez que he escuchado a alguien decir que nuestro sistema no tiene permiso para acceder a su información. Creo que tú eres el problema aquí. Algo sobre tu identidad es sospechoso”.
El hombre entornó sus ojos hasta que formaron dos líneas mientras evaluaba a Andrius con hostilidad.
Entonces le indicó al capitán de seguridad y a los guardias que abandonaran la habitación.
“Le dije que soy un soldado de la Línea del Frente Occidental. Su sistema no tiene permisos para acceder a información de alto nivel, lo que es entendible”, dijo Andrius con un atisbo de molestia y enojo en respuesta a la ruidosa voz de George. “¿Crees que puedes acceder a la información del Rey Lobo?”.
“¡Ja, ja, ja!”. George no pudo evitar reírse en voz alta cuando escuchó a Andrius para luego burlarse de él: “Por supuesto que no podemos acceder a la información del Rey Lobo. ¿Cómo te atreves a fingir ser el Rey Lobo?”.
George esbozó una sonrisa retorcida y continuó: “Vándalo, te daré una oportunidad de probar que eres un soldado de la Línea del Frente Occidental. Si no puedes, tendrás que pagarme un millón para arreglar esta pequeña disputa”.
No era la primera vez que el hombre abusaba de su posición para extorsionar a la gente. No había forma de que lo dejara marchar a Andrius una vez que este pasó por su control de seguridad.
En cuanto a la identidad de Andrius como soldado de la Línea del Frente Occidental, George no se lo creía.
La Oficina Ferroviaria no tenía acceso a la información sobre algunos soldados de la Línea del Frente Occidental. Sin embargo, los soldados solían desplazarse en grupo e informaban a la oficina de su llegada con antelación.
Ningún soldado pasaría solo por el control de seguridad como Andrius.
George sabía que había atrapado a Andrius.
¿Arreglar la disputa?
A Andrius le pareció divertido.
Los soldados se habían jugado la vida en el campo de batalla y, sin embargo, un repugnante jefe de la Oficina Ferroviaria abusaba de su cargo para intentar extorsionar a los viajeros desafortunados.
¡Tenía que darle una lección!
Andrius entornó los ojos mientras lo miraba amenazadoramente. “¿No tienes miedo de que tu superior se entere de esto y te castigue por ello?”.
“¿Superior? ¿Qué superior? ¡Yo soy el hombre más poderoso de la Oficina Ferroviaria!”. La paciencia de George se estaba acabando, así que apuró a Andrius: “Vándalo, si quieres pasar, haz lo que te digo y deja de quejarte. De lo contrario…”.
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