La Esposa de Lobo romance Capítulo 51

Con una pizca de reticencia, Andrius entró impotente tras Halle.

El restaurante Roman era conocido por ser una cafetería que solo atendía a parejas, por lo que la decoración y el interior estaban todos relacionados con el amor, siendo las rosas el eje principal del diseño.

Andrius y Halle se sentaron en el centro del restaurante, que era el lugar más llamativo del piso. La mesa tenía forma de corazón, e incluso el jarrón de dos compartimentos del centro parecía uno cuando se combinaban.

Se sentaron uno frente al otro incómodamente.

Fue Halle quien tomó la iniciativa de romper el hielo diciendo: "Andrius, Luna me contó lo de la cena anual del Gremio Empresarial de anoche. Supongo que el Amo Hempton cuidó bien de los Crestfall gracias a ti, ¿no?".

"Puede decirse que sí". Andrius asintió pero no dio más explicaciones.

Halle continuó: "Entonces, ¿tú también estás detrás del incidente de Punta Norte?".

Andrius siguió asintiendo.

Halle se sirvió una copa de vino y dijo: "Al menos deberías decirle a la gente lo que hiciste. Quizá mejore tu relación con Luna".

"Sé que no le caigo bien. La razón por la que ambos somos marido y mujer nominales es el 5% de las acciones de la Corporación Luna Nueva que prometió el Amo Crestfall", dijo Andrius con naturalidad. "Además, estoy en deuda con los Crestfall, así que no es nada. Dentro de tres o cuatro meses, ella y yo nos divorciaremos, así que no tiene sentido atribuirse el mérito".

Andrius tomó entonces su copa y apuró el vino hasta la última gota.

Halle le sirvió otra copa. "Bueno, ¿cuáles son tus planes después del divorcio?".

"Tomaré mi dinero y me marcharé". Respondió Andrius.

Halle preguntó: "Luna es la mujer más hermosa de Sumeria. ¿Estás seguro de que no quieres intentarlo y tratar de estar con ella?".

"Depende del destino, la verdad. No hay por qué tener conflictos. Un hombre no tiene por qué temer no tener esposa".

Halle se alegró al oír su respuesta.

Un hombre con un traje de marca y el cabello pulcramente peinado y una mujer muy maquillada eran los causantes de la conmoción.

El hombre agitó con arrogancia la tarjeta dorada que llevaba en la mano.

La recepcionista se disculpó: "Señor, nuestro restaurante está completo esta noche. Si no le importa, quizá pueda esperar un poco...".

¡Saz!

La mujer abofeteó a la recepcionista antes de que pudiera terminar. "Mi novio se ha gastado más de cinco millones aquí todos estos años, ¿y usted nos dice que esperemos? ¿Está usted loca?".

"Lo siento mucho, señora, señor".

A la pobre recepcionista se le escapaban las lágrimas y se disculpaba repetidamente.

El hombre se negó a hablar con la recepcionista. En lugar de eso, miró dentro y vio a Andrius y Halle. Se acercó a ellos y sacó un montón de dinero antes de golpearlo sobre la mesa. "Quiero esta mesa. Toma el dinero y váyanse".