La Esposa de Lobo romance Capítulo 586

"¿Eres Victor Hewitt, el segundo joven amo de los Hewitt y el nuevo heredero?". Los ojos de Andrius eran fieros, y su expresión era ilegible.

"¡Andrius Moonshade!".

Una mirada despiadada brilló en el rostro de Victor, e inmediatamente gritó, "¡Guardias! ¿Dónde están los guardias?".

Whoosh...

No mucho después de que hablara, un grupo de guardias de seguridad salió corriendo, incluyendo a muchos de los guardaespaldas de los Hewitt que se despertaron.

"¡Ataquen y mátenlo!".

Andrius era el enemigo mortal de los Hewitt. Aunque Victor pudo convertirse en el heredero gracias a Andrius, su posición sería aún más segura si pudiera matar a Andrius.

Con las palabras de Víctor, los guardias de seguridad y guardaespaldas se abalanzaron inmediatamente sobre Andrius.

¡Bam!

¡Crack!

¡Whoosh!

Todos fueron derribados por Andrius en menos de medio minuto.

¡Era increíble luchando!

Los ojos de Victor se movieron ferozmente.

"Te ayudé, y aún así quieres matarme...".

Una sonrisa apareció en la cara de Andrius, pero a los ojos de Víctor, no era diferente de un demonio feroz. "¡En ese caso, te enseñaré lo que significa la gratitud!".

Whoosh...

Tan pronto como habló, una luz plateada atravesó el cuerpo de Víctor.

Víctor sintió que su cuerpo se enfriaba, y sus bolas se encogieron al instante como una flor marchita.

"¡No!", gritó roncamente.

Tres personas intentaron salvarlo, pero fue inútil.

Lo que estaba marchito no podía salvarse. Una flor marchita no volvería a florecer por mucho que la regaran. Una fruta marchita nunca volvería a estar rolliza por mucho que la humedecieran.

Las hermanas gemelas sintieron una oleada de tristeza.

"¡Andrius! ¡Moonshade!". Víctor tenía los ojos tan abiertos que casi se le salen las órbitas. Parecía un loco. "Te mataré. Te mataré...".

"¿Qué pasó?".

En ese momento, Deacon llegó después de escuchar las noticias. Su voz aún estaba ronca.

Tosió violentamente, y cuanto más tosía, más sangre vomitaba. Parecía que estaba tosiendo hasta morir.

"¡Amo!".

"Papá, ¿qué pasa?".

"¡Amo, no debe pasarle nada!".

"Amo...".

Todos los presentes estaban en pánico.

Víctor, el mayordomo, los guardaespaldas y el personal médico que vieron esto se acercaron inmediatamente para ayudar a Deacon a sentarse, comprobando su estado y proporcionándole tratamiento de emergencia.

Pero...

"Tose, tose... ¡Tose, tose, tose!".

La tos de Deacon se hizo más violenta con los esfuerzos del personal médico. La sangre fresca brotaba como una fuente. Era imposible detenerla.

Ahora, todos entraron en pánico.

Moriría si esto continuaba.

En cuanto a Deacon...