La Guerra de una Madre Traicionada romance Capítulo 1449

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—La verdad es que tu madre, en ese entonces, no sentía un gran amor por tu padre. Veía cómo Martín se enredaba con su exnovia, pero no le importaba. El propósito de su matrimonio no era el amor, sino una compleja red de intereses. En teoría, ambos lo sabían y, mientras no se hiciera un escándalo, hacían la vista gorda. Pero Martín fue demasiado descarado, demasiado público. Sabrina, ¿sabes lo peligroso que fue el parto de Federico? La exnovia de Martín empujó a Celeste, provocando que diera a luz antes de tiempo. Y mientras ella estaba en el hospital, Martín estaba al lado de su ex, cuidándola y consolándola. Celeste casi muere al dar a luz, y esa mujer todavía tuvo el descaro de ir a restregárselo en la cara. Apenas había nacido el bebé, con Celeste débil y convaleciente, y Martín todavía fue capaz de decir que era ella quien estaba molestando a la otra. —Soledad soltó una risa fría—. En ese momento, Celeste no se enfrentó a ellos directamente. Esperó a recuperarse y entonces decidió quitar al padre y quedarse con el hijo.

—¿Quitar al padre y quedarse con el hijo? —repitió Sabrina, levantando una ceja.

Soledad asintió.

—Celeste le dijo a Manolo que Martín estaba perdido, obsesionado con las mujeres. Le dijo que criaría a su hijo como el próximo heredero de los Ramos y le pidió a Manolo que aguantara un poco más. Cuando Federico fuera mayor, tomaría su lugar.

—¿Y qué le respondió Manolo? —preguntó Sabrina.

—Manolo quería mucho a tu madre, así que aceptó. Celeste aprovechó la oportunidad para darle una lección a esa mujer y, de paso, a tu padre. Fue un escándalo enorme, Celeste incluso consideró el divorcio. Después de eso, no sé cómo, pero Martín finalmente se dio cuenta de su error, rompió definitivamente con su ex y volvió a casa. Pasó varios años tratando de compensar a Celeste, y ella, por el bien de su hijo, lo perdonó y aceptó empezar de nuevo. En cuanto a la madre de Eva, la pescadora, supongo que tú sabes más que yo, ¿verdad?

Cuando Sabrina alcanzó la mayoría de edad, Celeste le había contado en detalle la historia de la pescadora y Martín. No quería que su hija fuera la única en no saber algo que todos los demás conocían, obligándola a reconstruir el pasado a ciegas. No quería que la engañaran y terminara llamando "hermana" a una hija ilegítima con todo el cariño del mundo, solo para que la traicionaran y encima les diera las gracias.

No le había hablado de la primera amante de Martín porque consideraba que era cosa del pasado, algo que ya había superado y no tenía sentido revivir.

Lo que Celeste nunca imaginó fue que Sabrina sufriría tanto en la familia Ramos. Cuando Martín insistió en traer a Eva a casa para criarla, ella pensó que era porque él valoraba mucho los lazos de sangre. Y como Federico y sus hermanos también eran sus hijos, asumió que tratarían bien a su propia hermana.