La Heredera del Poder romance Capítulo 1084

En ese momento, sin embargo, estaba siendo eclipsada por Gabriela en el programa.

Verónica giró la cabeza hacia Ivana y dijo, "Ivana, no pienses demasiado, en realidad no es malo que la Srta. Yllescas tenga popularidad, si ella es popular, significa que nuestro programa también lo es, al final, ¿no podríamos beneficiarnos de ello?"

Esa palabra hizo que Ivana se sintiera muy incómoda.

¿Había llegado el momento en que tenía que depender de la popularidad de una influencer?

Ivana miró la espalda de Gabriela, y un destello cruzó en sus ojos.

La mirada de Verónica pasó ligeramente sobre el rostro de Ivana, con una sonrisa apenas perceptible en sus labios.

La grabación continuaba.

Cuando Verónica notó que la cámara se movía hacia ellas, tomó del brazo a Ivana y dijo, "Ivana, ¿estás cansada?"

Ivana estaba a punto de decir algo, pero Verónica le indicó con la mirada que la cámara se acercaba, Ivana inmediatamente entendió, puso una sonrisa y dijo: "No, ¿y tú, Verónica, estás cansada?"

"No mucho, aguanto."

Pronto llegaron a la cima de la montaña.

El área de la cima era amplia.

Como el equipo del programa había escondido algo y dejado pistas, todos se dispersaron para buscar.

Siguiendo las pistas, Gabriela llegó al lado oeste de la cima.

Verónica entrecerró los ojos y se apresuró a seguirla, "Gabi, espera."

Gabriela giró ligeramente, viendo a Verónica correr hacia ella, sonrió y dijo, "Estoy aquí Verónica."

Aunque a Gabriela no le caía muy bien Verónica, al fin y al cabo estaban grabando un programa, y se referían unas a otras por sus nombres para evitar controversias.

Verónica sonrió, "Gabi, ¿dónde crees que el equipo del programa escondió el objeto?"

"Probablemente por aquí cerca," dijo Gabriela vagamente.

Verónica continuó, "¿Qué tal si trabajamos juntas?"

Gabriela levantó una ceja.

¿Cooperar?

Eso sí que era raro.

Aunque Verónica nunca lo decía, Gabriela podía ver en sus ojos una profunda hostilidad hacia ella.

Cuando las cosas son demasiado anormales, hay que sospechar.

Gabriela tocó inconscientemente el segundo botón de su camisa, sonrió y dijo, "¿Qué dijiste, Verónica?"

Verónica se sorprendió un poco.

¿Por qué Gabriela preguntaría de nuevo?

¿Acaso no había escuchado?

Pero no pensó mucho en ello y repitió, "¿Qué tal si buscamos la caja del tesoro juntas? Compartimos las pistas que encontremos."

"Está bien," Gabriela asintió.

"Entonces vamos."

Gabriela siguió a Verónica.

Iban charlando mientras caminaban.

Verónica echó un vistazo a Gabriela, con una mirada llena de desdén.

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