La Heredera del Poder romance Capítulo 1197

La tía Paulina extendió la mano para recibir los resultados de la prueba de paternidad.

Los resultados mostraban que, efectivamente, había relación de sangre entre ellas.

¿Podría ser realmente su Luna?

Maite continuó: "Hermana, ¿qué te parece si vamos al hospital y hacemos otra prueba con Luna? Así estaremos más seguros."

"Está bien," asintió la tía Paulina.

"¡Entonces vamos ahora mismo! Con la tecnología de hoy en día, los resultados saldrán muy rápido."

La familia se dirigió al hospital.

Mientras esperaban los resultados, la tía Paulina estaba muy nerviosa, sin saber si esa persona era realmente su Luna.

Se preguntaba si podría reunirse con su hija en lo que le restaba de vida.

Luisa se sentó junto a la tía Paulina, sosteniendo su mano. "Tía, no se preocupe, pronto tendremos los resultados."

Luna no paraba de inquietarse, así que Maite le compró una paleta para calmarla.

En ese momento, se abrió la puerta del consultorio.

La tía Paulina se levantó de inmediato. "Doctor, ¿cómo está? ¿Ella es realmente mi hija?"

El médico, con los resultados en mano, dijo: "Según los resultados, esa señora es efectivamente su hija."

La tía Paulina, temblando, tomó el informe, y las lágrimas ardientes casi se derramaron, desdibujando las palabras impresas en el papel.

Era su hija.

Realmente era su hija.

Manuel se acercó a la tía Paulina. "Ahora deberías estar tranquila."

La tía Paulina abrazó a 'Luna' entre lágrimas. "Luna, mamá finalmente te encontró. ¡Treinta y seis años! ¡Pensé que nunca te volvería a ver!"

Luna, asustada, no paraba de decir que no la golpearan.

"Tranquila, mamá no te va a golpear... Jamás te golpearía..."

Luisa se acercó sonriendo. "Tía, felicidades por encontrar finalmente a Luna. Este no es lugar para hablar de esto, ¿vamos a casa?"

La tía Paulina asintió. "Vamos a casa, primero a casa."

Mientras hablaban, la tía Paulina no soltaba la mano de Luna, temerosa de perderla nuevamente si la soltaba.

Hasta que subieron al auto, la tía Paulina no soltó la mano de Luna.

Pero Luna no quería acercarse a la tía Paulina, se soltó de su mano y se sentó junto a Maite.

La tía Paulina pensó que la niña la odiaba y no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas nuevamente.

Maite levantó la vista hacia la tía Paulina. "Hermana, no te preocupes. ¿Qué te parece si te quedas unos días más en casa y pasas tiempo con la niña? Con el tiempo, naturalmente se volverá más cariñosa contigo."

Manuel asintió. "Maite tiene razón."

La tía Paulina preguntó: "¿Luna tiene otros familiares?"

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