La Heredera del Poder romance Capítulo 1244

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Prefería que Manuel se quedara con el Grupo Yllescas antes que caigara en manos de extraños. Después de todo, Manuel es el yerno de la familia Yllescas. Por eso, nunca le dio demasiada importancia a este asunto. Incluso si la gente la llamaba tonta, no le importaba. Porque todo era su propia elección. Si no hubiera perdido a Luna, nada de esto habría sucedido.

La tía Paulina asumió toda la culpa por la pérdida de Luna y estaba dispuesta a aceptar todas las consecuencias, incluso si Manuel transformaba el Grupo Yllescas en el Grupo Rivera y se apoderaba de la fortuna de la familia Yllescas. Todo eso era un castigo que ella creía merecer. Pero ahora parecía que todo había sido una conspiración de Manuel. Justo como dijo el anciano señor Sanz, Manuel despidió a Luna con el fin de apoderarse de todo lo que pertenecía a la familia Yllescas. Porque Manuel sabía que Luna era la vida de Paulina y del abuelo Yllescas. Una vez que algo le pasara a Luna, Paulina y el abuelo Yllescas colapsarían completamente. Y así fue, después de la pérdida de Luna, Paulina y el abuelo Yllescas cayeron uno tras otro...

¡Manuel era una persona sin corazón ni alma! Al pensar en esto, la tía Paulina casi se ahogaba de dolor. Nunca soñó que Manuel, siendo el padre biológico de la niña, pudiera ser tan cruel con Luna, que apenas tenía tres años. La dejó vivir con culpa y dolor durante treinta y seis años. Treinta y seis años después, cuando finalmente encontró a Luna, casi fue engañada por Manuel y perdió a su hija para siempre. Al pensar que su vida había sido manipulada por Manuel, la tía Paulina solo podía sonreír con desdén hacia sí misma. Era demasiado ingenua. Fue utilizada por otros. Y terminó separada de su hija, con el abuelo Yllescas muriendo lleno de remordimientos.

La tía Paulina lamentaba profundamente. Nunca en su vida se había arrepentido tanto. Si pudiera volver el tiempo atrás, definitivamente no elegiría a Manuel. Pero lamentablemente, el tiempo no puede volver atrás. La tía Paulina se esforzó por calmarse, no podía dejar que la familia Rivera notara algo extraño. Se organizó, se secó las lágrimas y actuó como si nada hubiera pasado, saliendo de la habitación.

Desde ahora, ¡debía ser fuerte! En ese momento, la tía Paulina parecía haberse convertido en otra persona.