Dicho eso, Paulina miró a Gabriela y, con un tono serio le preguntó: "Gabi, si te pidiera que te convirtieras en la sucesora de tu bisabuelo y te unieras al Consorcio Sohi, ¿me lo aceptarías?".
Gabriela levantó una ceja ligeramente, respondiendo: "¿Estás hablando de que los otros dos fundadores del Consorcio Sohi, además de mi bisabuelo, son Don Sanz y Don Rey, verdad?".
"Exacto", asintió Paulina. "Don Sanz fue un hombre leal y confiable, que estuvo con tu bisabuelo desde el principio. El problema ahora es la familia Rey. Actualmente, la familia Rey domina el consorcio y Fausto no solo quiere expulsar a los demás, sino que también aspira a elevar su estatus social".
Gabriela mantuvo su expresión impasible.
Paulina continuó: "Entonces, Gabi, ¿aceptarías ayudar a tu abuela?".
Si esta conversación hubiera ocurrido una semana atrás, Gabriela habría rechazado a Paulina sin dudarlo, considerando sus propios compromisos con la industria aeroespacial. Pero ahora, las circunstancias habían cambiado. Alguna persona no podía esperar para involucrarse.
Gabriela no temía los desafíos.
"Bien, acepto", asintió Gabriela.
"¿En serio?", preguntó Paulina, no esperaba que Gabriela aceptara tan rápido.
"Sí".
Paulina, emocionada, tomó las manos de Gabriela. "¡Gracias, Gabi! ¡Gracias! Agradezco en nombre de tu bisabuelo y de Don Sanz".
Gabriela añadió: "Pero necesitaré unos días para manejar algunos asuntos pendientes".
"No hay problema", respondió Paulina. "Tómate el tiempo que necesites".
"Tranquila, no me tomará mucho tiempo".
Después de hablar con Gabriela, Paulina se apresuró a informar la buena noticia a Don Sanz. Don Sanz, al enterarse, se mostró muy complacido y llamó inmediatamente a Ignacio. "¡Ignacio! Gabi ha aceptado unirse al Consorcio Sohi. Organiza una gran fiesta de bienvenida para que todos sepan que la heredera de los Yllescas ha vuelto".
"¿De verdad, Don Sanz?", Ignacio también estaba incrédulo.


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