La Heredera del Poder romance Capítulo 1382

Gabriela entrecerró los ojos.

Todavía había dos personas delante de ella.

Si todo iba según lo previsto, no debería haber ningún problema.

"¡Qué alivio! ¡Finalmente salimos! ¡Casi pensé que iba a morir en ese elevador!"

La chica de la ropa rosa cruzó los brazos y fijó sus ojos en el elevador con una mirada llena de sarcasmo. "Hace un momento, la señorita Yllescas decía que no había tiempo, ¿y ahora resulta que el elevador está en buen estado después de tanto tiempo? ¡Creo que solo quería llamar la atención!"

Al escuchar estas palabras, todos se miraron desconcertados.

De hecho, la chica de la ropa rosa tenía algo de razón.

Gabriela, con sus misterios, había conseguido asustarlos a todos, y al final, no pasó nada, lo cual en realidad, era frustrante.

"¿Dónde está la señorita Yllescas? ¡Que salga y nos explique a todos!"

Un hombre de figura corpulenta se arrastró fuera del hueco del elevador, jadeando, "Ella... ella todavía está adentro..."

Jordan se apresuró a ayudarlo a levantarse. "¿Se encuentra bien?"

"Sí, sí, estoy bien."

Acto seguido, una mano pálida y bella apareció en el suelo, con los dedos firmemente entrelazados.

Era una mano muy atractiva.

Con articulaciones definidas y una piel como el jade.

Justo cuando todos todavía estaban procesando lo sucedido, una figura saltó desde la grieta del elevador.

Paf...

Aterrizó con suavidad.

Fue algo impresionante.

La chica de la ropa rosa miró a Gabriela con una actitud burlona, "¡Mira! ¡Nuestra heroína salvadora ha llegado! Dime, heroína, nos has asustado mucho en el elevador diciendo que teníamos tiempo, ¿puedes explicarnos ahora por qué el elevador no se ha caído?"

Gabriela se sacudió el polvo de encima con indiferencia, como si no tuviera intención de explicar nada.

La chica de la ropa rosa se enfureció aún más. "Señorita..."

En ese momento, la anciana que estaba al lado de la chica de la ropa rosa, con una expresión de asombro en su rostro, señaló la puerta del elevador, temblando.

Esa expresión era más aterradora que ver un fantasma.

Todos miraron hacia la puerta del elevador, algo confundidos.

Ahora, el espacio donde antes se encontraba el elevador estaba completamente vacío.

Nada quedaba allí.

¡Bang!

Un sonido fuerte vino de abajo, haciendo temblar el suelo.

Era el sonido de la caída del elevador.

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