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La Heredera del Poder romance Capítulo 1398

"¡Imbécil!"

Simplemente era un imbécil. Fausto jamás imaginó que Paloma caería repetidamente en las trampas de Gabriela.

Después de mover cielo y tierra y pagar una multa, Fausto finalmente logró sacar a Paloma de la comisaría.

Paloma seguía en silencio detrás de Fausto. A él, que tanto le importaba la imagen pública, no le gustaba perder la compostura en público. Pero en cuanto llegara a casa, se desataría una tormenta sobre Paloma.

Ninguno de los dos quería estar en esa situación.

Paloma no podía creer que Karla se hubiera equivocado tanto ni que Gabriela tuviera unas habilidades médicas tan extraordinarias. Todo esto había superado completamente sus expectativas.

Con un portazo, la tensión se podía cortar con un cuchillo dentro del auto en el viajaban. Fausto iba sentado en el asiento delantero y Paloma, detrás, sumida en sus pensamientos.

El viaje fue en completo silencio hasta que llegaron a la mansión de los Rey.

Apenas cruzaron la puerta de la mansión, un jarrón pasó volando frente a Paloma, estrellándose en el suelo y esparciendo los fragmentos a su alrededor.

"¡Dime! ¿Cuántas veces van ya?" Fausto no pudo contener su furia.

Paloma, pálida, sabía que desde el regreso de Gabriela, esta ya era la tercera vez. Primero fue el despido de Jimena, luego el humillante fracaso del Plan C y ahora, acababa de salir de la comisaría.

"Lo siento, papá," después de un prolongado silencio, logró articular esas palabras entre dientes.

"¿Lo sientes? ¿Crees que estoy aquí para escuchar tus disculpas? Si sirvieran de algo, ¿crees que hoy habrías terminado en la comisaría?" Fausto estaba furioso. "¿Acaso no te das cuenta de que has manchado mi reputación?"

La reputación era lo más importante en su círculo, y ahora Paloma había sido detenida, algo que Fausto había tenido que solucionar exponiéndose para pedir favores que lo dejaban en evidencia ante todos.

Paloma también se sentía miserable. Si hubiera sabido que las cosas terminarían de esta forma, jamás habría escuchado a Karla.

"Papá, yo... yo no sabía que las cosas se pondrían así," intentó explicarse Paloma, mirando a Fausto. "Fue la tía Karla quien me dijo que Gabriela había causado una muerte por mala praxis y me convenció de llamar a la policía..."

"¿Pero en qué estabas pensando? ¿Acaso tienes cerebro? Si lo tuvieras, no habrías terminado en la comisaría," le reprochó Fausto.

Si Paloma hubiera pensado un poco, no habría seguido ciegamente el consejo de Karla.

Capítulo 1398 1

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