La Heredera del Poder romance Capítulo 1545

Fausto y Michael se conocían desde hacía mucho tiempo y podía reconocerlo sin importar cómo cambiara su apariencia.

¿Dónde estaban?

¿Cómo se atrevía Michael a venir aquí?

¿Y si Gabriela lo reconocía?

Fausto estaba nervioso por él y echó un vistazo discreto a Gabriela. Ella estaba mirando su teléfono, aparentemente sin notar a Michael.

Menos mal.

Fausto suspiró aliviado.

Mientras observaba a Gabriela, Michael también la examinaba discretamente. Gabriela había sido la primera persona en el mundo que había logrado neutralizar su veneno.

¡Él tenía mucha curiosidad sobre qué tipo de persona era Gabriela! Después de verla en persona, aparte de encontrarla hermosa, Michael no pudo pensar en otra palabra para describirla. Incluso él, que había visto bellas mujeres de diferentes países, quedó asombrado al ver a Gabriela.

Emanaba una belleza pura, limpia y natural.

De repente, Michael entendió por qué más de diez hackers protegían la información de Gabriela. Ella destacaba demasiado. Querían protegerla.

Era hermosa, sí, pero no parecía tan impresionante como Fausto había dicho. Si Gabriela fuera tan talentosa, debería haber notado a Michael en cuanto entró. Pero ella no mostró signos de haberlo notado. En lugar de eso, seguía jugando con su teléfono.

Esto sugería que Gabriela no era tan especial después de todo. Quizás, había neutralizado su veneno por casualidad.

Michael apartó su mirada y reemplazó el frasco de medicina que estaba casi vacío sobre la cabeza de Sergio. Después de cambiar el frasco, él empujó su carrito hacia la salida.

Gabriela, aún mirando su teléfono, también comenzó a caminar hacia fuera.

Pum.

Por no mirar por dónde iba, Gabriela chocó accidentalmente contra Michael. Su teléfono cayó al suelo.

Fausto, ya nervioso, palideció al ver esta escena.

¿Qué iban a hacer?

¿Y si Gabriela llegara a descubrir algo?

Michael rápidamente recogió el teléfono y se lo devolvió a Gabriela. "Lo siento".

"Fui yo quien te chocó, debería ser yo quien se disculpe", dijo la joven, cogiendo su teléfono.

Michael sonrió y continuó su camino. Al ver que Gabriela no tomaba ninguna otra acción, Fausto suspiró aliviado.

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