"Esta anciana sobre la que usted pregunta, ha alcanzado ya una edad muy avanzada, de ochenta a noventa años, ¿verdad?"
Parecía que este vidente realmente tenía habilidades especiales.
De lo contrario, no habría podido adivinar la verdadera edad de Violeta Zesati solo por su nombre.
¡Qué maravilla!
¡Era realmente impresionante!
Luciana dijo sonriendo: "Tienes razón."
El vidente continuó: "¡No te preocupes! La anciana del que usted habla seguramente vivirá hasta los cien años."
¿Vivir hasta los cien años?
Luciana se sobresaltó.
¿El vidente quería decir que Violeta Zesati podría vivir hasta los cien años?
Con la llegada del año nuevo, Violeta Zesati tendría noventa años, lo que significaba que aún podría vivir otros diez años.
¡Diez años más, y ella tendría más de noventa!
Si podría vivir otros diez años era otra cuestión.
"¿Estás seguro?" Luciana agarró con firmeza la mano del vidente. "¿Estás seguro de que Violeta Zesati puede vivir hasta los cien años?"
"Sí," asintió el vidente.
Luciana seguía frunciendo el ceño preocupada incluso después de dejar al vidente.
¡Diez años!
La maldita anciana de Violeta, resultaba que aún podría vivir diez años más.
"Abuela, ¿qué te pasa?"
Luciana dijo: "¿No escuchaste lo que dijo el vidente hace un rato? La anciana de la familia Zesati, ¡al menos podría vivir otros diez años!"
Luciana se sentía bastante molesta.
Pensó que pronto podría tomar control de la familia Zesati, pero quién iba a imaginar que doña Zesati aún podría vivir diez años más.
Se decía que las buenas personas no vivían mucho tiempo, pero los problemas perduraban por generaciones.
¡Personas como Violeta podían vivir hasta los cien años!
¡El cielo realmente era demasiado injusto!
Vicky dijo riendo: "Abuela, estamos en el siglo XXI, ¿cómo puedes seguir creyendo en esas antiguas supersticiones? ¡Eso solo sirve para engañar a la gente! Si realmente pudiera predecir el futuro, ¿por qué no simplemente compra un billete de lotería y se hace rico? ¿Por qué seguiría vendiendo en la calle?"
Vicky era una persona con educación superior.
Ella nunca creyó en esas cosas.
Mucho menos en la predicción del futuro.

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