Francisca preguntó: "¿Cuántos días lleva ella en nuestra casa?"
La abuela Zesati respondió: "Una semana."
"¿Una semana?" Francisca, sorprendida, preguntó: "¿Cómo es que mamá la ha soportado?"
Nicole dijo: "¿Acaso aún no conoces a nuestra madre? ¡Aguantando, pues!"
La abuela Zesati, sin palabras, solo negó con la cabeza y dijo: "Si sigue aguantando, se va a convertir en una avestruz. Por suerte ninguna de ustedes ha salido igual."
El tiempo pasó volando.
De repente, llegó el día en que Sebastián regresaría.
Al saber que Sebastián iba a volver, Luciana estaba especialmente emocionada.
¿Quién mandaba realmente en la mansión de los Zesati?
¡Por supuesto que Sebastián!
Cuando el reloj marcó las diez y media y él aún no había aparecido, Luciana empezó a impacientarse. "Eva, Sebastián regresa hoy, ¿verdad?"
"Sí, hoy." Contestó Eva.
Luciana continuó, "¿Entonces por qué no ha llegado todavía?"
Eva explicó: "Hoy también viene Gabi. Seguro que fue a recogerla."
Al oír esto, Luciana se sintió un poco molesta.
¿Recoger a Gabriela?
¿Acaso Gabriela era más importante que su propia abuela materna?
¡Estos jóvenes no sabían establecer prioridades!
Vicky, emocionada, exclamó: "¿Entonces voy a conocer a mi futura cuñada?"
"Sí." Eva asintió.
Luciana miró a Vicky.
Esa niña realmente no pensaba las cosas.
¿Quién era Gabriela?
¡Su enemiga número uno!
Y aun así, podía sonreír de forma tan despreocupada.
En ese momento, sonó el teléfono de Vicky.
Ella contestó, "Hola."
Al siguiente segundo, Vicky cambió a un inglés fluido.
Después de colgar, Luciana preguntó: "¿Quién era?"
Vicky respondió: "El subdirector ejecutivo de ABA."
ABA era una organización de alianzas internacionales. Tres años atrás, Vicky se había unido oficialmente a ABA y ya era uno de sus miembros más importantes.
Luciana preguntó, "¿Y qué quería el ejecutivo contigo?"



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