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La Heredera del Poder romance Capítulo 2944

No pasó mucho tiempo antes de que el doctor Ríos llegara con Bianca para hacerle unos exámenes.

Para descartar la malaria, solo necesitaban tres pruebas, nada complicado.

Bianca miró al doctor Ríos y le preguntó con una voz temblorosa:

—Doctor, ¿me está pasando algo nuevo en el cuerpo?

Él le respondió con calma:

—Eso solo lo podremos saber cuando salgan los resultados.

Bianca dudó un momento antes de volver a preguntar:

—¿Es algo grave?

El doctor Ríos la observó fijamente.

—Para serte sincero, tu situación no es muy alentadora.

Él era distinto a Gabriela.

El doctor Ríos creía que, como médico, tenía que decirle la verdad al paciente, por dura que fuera, en vez de ocultársela. Sabía que Gabriela lo hacía con buena intención, pero también entendía que el corazón de un enfermo es más frágil que el de cualquier otra persona. Un golpe de alegría o tristeza muy fuerte podía quebrarlo por completo.

Por eso, él decidió contarle la verdad a Bianca.

Apenas lo escuchó, la expresión de Bianca se desvaneció por completo.

—¡Pero... pero la señorita Yllescas me dijo que pronto me iba a curar! —insistió.

El doctor Ríos se acomodó los lentes y le explicó con voz suave:

—Bianca, tu situación de verdad no es optimista. La señorita Yllescas te dijo eso porque pensó que no lo ibas a soportar, pero la enfermedad no se puede esconder. Tarde o temprano, tú misma te vas a dar cuenta de cómo son las cosas realmente.

Bianca se puso tan pálida que casi se desplomó. Por suerte estaba cerca de la pared y pudo apoyarse; si no, ya estaría en el suelo.

Había creído que tenía una esperanza.

Pero la vida, otra vez, se la quitaba de las manos.

¿Qué iba a hacer ahora?

Sentía que se le iba toda la fuerza del cuerpo.

El doctor Ríos la sostuvo por el brazo.

—Tienes que ser fuerte —le dijo.

Bianca levantó la mirada y lo vio con los ojos llenos de miedo:

—¿Entonces... yo... yo todavía tengo alguna esperanza de vivir?

El doctor Ríos frunció levemente el ceño.

—La esperanza es poca, pero existe. Y eso ya es algo.

—Está bien —dijo Bianca con un hilo de voz. —Ya entendí.

El doctor Ríos intentó animarla:

—No te desanimes, Bianca. Mantén la misma actitud positiva que tenías antes. Aunque en el hospital todavía no sepamos cómo curar tu enfermedad, estoy seguro de que algún día encontraremos la manera.

—Sí...

Al ver que Bianca se ponía cada vez más pálida, él le habló con suavidad:

—Yo solo te dije lo peor que puede pasar. Pero esperemos a ver los resultados de los exámenes, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —asintió Bianca, aunque su voz apenas se oía.

Capítulo 2944 1

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