La Heredera del Poder romance Capítulo 3010

Rosana jamás se habría imaginado que la visita a la casa de los Lozano terminaría de esa manera.

Ella pensaba que Adolfo iba a parar los pies a Amanda, pero para su sorpresa, Adolfo ni se inmutó, incluso le pidió que se llevara de vuelta el vino que había traído.

¡Eso ya era una falta de respeto en toda regla!

—Mamá, ¿tú sabes realmente qué onda con ese empresario? —preguntó Hanna, que no podía ocultar su curiosidad.

Adolfo ya tenía sus cincuenta años, era divorciado y sin hijos, pero lo que más llamaba la atención era cómo, después de casarse con Amanda, parecía obedecerle en todo.

Hanna hasta empezaba a sospechar si Amanda no le habría hecho algún tipo de brujería o algo así.

Rosana también se sentía desconcertada. —¡Quién sabe qué se traen entre manos! —

Nada de lo que estaba pasando era como ella se lo había imaginado.

En ese momento, a Hanna se le ocurrió algo y preguntó: —Mamá, dime una cosa… ¿en qué caso un hombre, casado por años, no querría tener hijos? Y más si ese hombre es millonario…—

Hasta en las familias más humildes se sabe la importancia de tener un heredero. ¿Y un empresario de millones, no le preocupa quedarse sin descendencia?

Algo raro había entre Adolfo y Amanda, de eso no cabía duda.

Rosana entornó los ojos, pensativa, y respondió: —O el hombre no puede, o la mujer no puede.—

—Pero Adolfo es un empresario exitoso. Si él fuera el que no puede tener hijos, ¿de dónde salió el hijo que tienen ahora con Amanda? Si la que no podía era su exesposa, ¿por qué se aguantó tantos años y de repente se divorció?—

Hanna hizo una pausa y siguió: —Y además, dudo que un hombre exitoso aguante tantos años con una esposa que no puede tener hijos.—

Si de verdad la exesposa de Adolfo no podía tener hijos, él no hubiera seguido con ella tanto tiempo.

Al oír esto, Rosana pareció entender todo de golpe. Miró a Hanna y preguntó: —Entonces, ¿crees que el empresario es el del problema?—

Hanna dudó: —No estoy segura, pero si lo pensamos lógicamente, todo apunta a eso.—

Si el problema era Adolfo, entonces la que estaba en el centro del asunto era Amanda.

Pensando en esto, Hanna continuó: —A mí no me sorprendería que Amanda haya aprovechado su embarazo para asegurarse el puesto. Ella siempre fue la amante del empresario, y él quería un hijo desde hace años. De repente Amanda queda embarazada, él se emociona y deja a la esposa para casarse con ella.—