La Heredera del Poder romance Capítulo 339

Jana se levantó para abrazar a Olga diciendo, "Olga, sé que tú y Vale solo quieren lo mejor para Adam, así que nunca les he tenido rencor."

En su interior, Olga soltó una risita irónica.

¡Qué hipocresía de esa viejita!

Si realmente no les guardaba rencor, no habría esperado hasta ahora para acordarse de ella y de Valeria.

¡Eso claramente era tener rencor!

Por suerte, ella ya tenía un plan en mente.

Jana se quedó en el hospital hasta tarde antes de irse.

Después de que Jana se fue, Valeria miró a Olga preocupada y dijo, "Mamá, ¿de verdad funcionará nuestro plan?" Debido a lo que acababa de suceder, Valeria aún tenía un brillo de miedo en sus ojos al mirar a Olga.

Olga era realmente aterradora,

el accidente de coche de Valeria no había sido un accidente,

fue Olga quien personalmente condujo el coche para provocar el choque.

Para poder casarse en la familia Lozano, ¡ella era capaz de hacer cualquier cosa!

Olga se sentó al borde de la cama y dijo, "Tranquila, esa anciana ya se ha quitado la espina que tenía clavada en el corazón."

Olga conocía a Jana durante bastante años,

nadie conocía mejor a Jana que ella.

Se había arriesgado a llevar a cabo su audaz plan precisamente porque conocía bien a Jana.

Si Valeria no hubiese tenido ese accidente ese día,

ese asunto con Adam habría dejado un nudo en el corazón de Jana para siempre.

Y como Olga había predicho, no se equivocó.

Al enterarse del accidente de Valeria, Jana no solo dejó de culpar a Valeria, sino que incluso se sintió un poco mal con ella, y cuando volvió a la familia Lozano, ordenó en la cocina que hicieran un montón de productos nutritivos para enviar al hospital.

......

Ya era abril, una temporada de primavera.

El clima se estaba calentando poco a poco, y como Roberto aún no había hecho acto de presencia en la sociedad de Capital Nube, decidió organizar una fiesta en el hotel más exclusivo con membresía de la ciudad.

Por un lado, era para forjar conexiones, y

por otro, Capital Nube era un buen lugar, y esas damas y herederas, todas eran tan hermosas como las de Ciudad Real.

Roberto pensó primero en Yolanda.

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