Yolanda estaba segura de sí misma.
Pero David tenía sus dudas.
¡Estaban hablando de GY Tecnología Co., Ltd!
Había muchas empresas en Capital Nube que deseaban colaborar con GY, pero la verdad era que GY ni siquiera les prestaba atención a esas pequeñas empresas.
Actualmente, quienes colaboraban con GY eran los emperadores de Capital Nube, esos eran del Grupo Solos.
Yolanda quería compartir un trozo de ese pastel con el Grupo Solos...
Pero esto parecía un poco improbable.
David continuó: "Yoli, conozco tus capacidades, pero se trata de GY después de todo. He escuchado que hace unos días el Grupo García presentó su propuesta para colaborar, y ni siquiera lograron ver a Adrián en persona".
¡El Grupo García era mucho más grande que el Grupo Muñoz!
Y su posición en Capital Nube solo estaba detrás del Grupo Solos.
Pero ni siquiera el director del Grupo García pudo encontrarse con Adrián.
Y Adrián, siendo solo un director ejecutivo, era como un dragón escurridizo.
Menos aún, Yolanda quería ver al verdadero jefe detrás de GY.
Viendo a David tan preocupado, Yolanda añadió: "Papá, nunca hago nada sin estar preparada. La verdad es que tengo una propuesta que seguramente interesará al jefe detrás de GY. ¡Una vez que vea esta propuesta, seguro que querrá colaborar con nosotros!"
Dicho esto, ella se detuvo por un breve momento y continuó: "Las palabras se las lleva el viento, espérame aquí. Iré a buscar la propuesta. Cuando la veas, lo entenderás todo".
Dicho esto, Yolanda subió las escaleras.
Alejandra observaba la figura de Yolanda y consolaba a David: "No te preocupes, nuestra Yoli es increíble, si ella dice que puede, seguro que lo logrará".
En el corazón de Alejandra, su hija era la señorita más sobresaliente de todo Capital Nube, ¡un fénix que volaba libre por los cielos!
¡Las demás ni siquiera podían compararse con Yolanda!
¿Qué podría ser un pequeño GY ante los ojos de su hija?
¡GY tarde o temprano estaría en las manos de Yolanda!
Poco después, Yolanda bajó con un documento en la mano.
Le entregó el archivo a David, "Papá, mira esto".
David cogió el documento y se volteó hacia el sirviente, "Tráeme mis gafas".
El sirviente inmediatamente le pasó las gafas.
David, con las gafas puestas, examinó detenidamente la propuesta. Su expresión cambió de la calma inicial a la incredulidad, y finalmente al asombro.
¡Era increíble!

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