La Heredera del Poder romance Capítulo 473

"No." Dijo Gina: "He estado muy atenta en todos los aspectos, al principio su hermana quizás no me quería mucho, pero después, incluso cociné con ella, siento que debe estar bastante satisfecha conmigo."

Gina sabía cómo hablar. Mientras estuvieron cocinando, halagaba a Sofía y decía que en el futuro cocinaría para ella todos los días.

No era para nada pretenciosa.

¡No había hermana que no le gustara una cuñada tan diligente!

Así que, Gina estaba muy segura.

Irene suspiró aliviada, "Que bueno que no ofendiste a nadie."

"Voy a bajar a ver."

Irene frunció el ceño, "¿Vas a bajar así nomás?"

Gina conocía las preocupaciones de Irene, así que le dijo, "No te preocupes, ya le dije a Sergio que estaba afuera."

Gina caminó hasta la entrada del complejo residencial.

Y vio a Sergio apoyado en la puerta del coche esperándola.

Siendo honesta.

Sergio era realmente muy guapo, tenía un aire de hombre maduro, especialmente cuando vestía de traje.

No solo era atractivo sino también adinerado. Gina, al pensar que ese hombre le pertenecería completamente en el futuro, se emocionó tanto que corrió hacia él, "¡Sergio!"

Al llegar junto a Sergio, Gina notó que algo en él había cambiado.

Normalmente, al verla, él sonreiría ampliamente, con ojos llenos de amor hacia ella.

Pero no estaba siendo así.

No solo no sonrió, sino que parecía muy serio.

Sergio miró a Gina y dijo, "Inicialmente pensé en llamarte, pero luego decidí que era mejor hablar de esto en persona."

¿Qué cosa era mejor decir en persona?

¿Acaso era una propuesta de matrimonio?

Con la personalidad de Sergio, no era imposible.

Pensando en eso, Gina se emocionó.

Gina no podía ocultar la sorpresa en su rostro y dijo bajando la cabeza: "¿Qué cosa no puede decirse si no es en persona? Ahora que estoy aquí, dilo."

"Debemos terminar." Sergio habló.

"¿Qué?" Gina miró a Sergio, sus ojos se llenaron de incredulidad, casi pensando que había escuchado mal.

Sergio repitió una vez más.

"¿Es que tu hermana y tu sobrina no me quieren?" Gina le preguntó.

Sergio simplemente miró a Gina y se hartó, "Deja de fingir, Augusta, ya lo sé todo."

Cuando el nombre Augusta salió de la boca de Sergio, las piernas de Gina se debilitaron y su mente se quedó en blanco.

¿Cómo lo supo?

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