La Heredera del Poder romance Capítulo 482

"¿Hermano Sebas?" Gabriela se quedó sorprendida por un momento, sin esperar que él la llamara.

"Ah," respondió Sebastián, "ya llegué al país P."

Gabriela dijo, "De acuerdo, he escuchado que el estado del país P ha sido bastante turbulento últimamente, ten cuidado y no salgas de noche."

¿Ella estaba mostrando preocupación por él?

Una sonrisa se dibujó en los labios de Sebastián, "Lo tendré en cuenta."

Después de charlar un poco más, Gabriela colgó el teléfono.

Sebastián levantó la mirada hacia el sol naciente en el horizonte, sus ojos llenos de una luz cálida.

Poco después, se giró hacia su secretario, "Vámonos."

El secretario siguió inmediatamente los pasos de Sebastián.

Mientras tanto.

Justo después de colgar con Sebastián, Gabriela recibió una llamada de Sergio.

Probablemente, Sergio y Sebastián estuvieron en el mismo vuelo.

...

Pasaron tres días en un abrir y cerrar de ojos.

Ese día.

Gabriela se encontraba en el pequeño jardín frente a su casa, regando las flores.

De repente, escuchó a alguien llamarla desde afuera.

Alzó ligeramente la mirada y vio a Vicente, vestido con un traje formal y una expresión solemne.

"¿Hermano Vicente?"

Vicente asintió ligeramente, intentando ser lo más conciso posible, "Gabriela, mi abuela se encuentra muy mal, ¿podrías venir a verla conmigo?"

"Por supuesto." Gabriela dejó la regadera y, apoyando ambas manos en la barandilla del pequeño jardín, saltó directamente.

El movimiento fue fluido y elegante.

Vicente se quedó un poco sorprendido, "¿No vas a cerrar la puerta del balcón?"

Con una voz suave, Gabriela respondió, "No es necesario, tengo un robot de seguridad en casa. ¿Dónde está tu coche? Vamos rápido."

"Por aquí," le indicó Vicente.

Gabriela lo siguió.

Al subirse al coche, Vicente, por costumbre, desempaquetó un caramelo y se lo puso en la boca, ofreciéndole uno a Gabriela también.

"Gracias," dijo Gabriela, aceptando el caramelo.

No tardaron en llegar a la mansión de la familia Solos.

El jardín de la señora Solos estaba muy tranquilo.

Juana, al ver a Gabriela siguiendo a Vicente, se iluminó y corrió a avisar a la anciana señora Solos.

La señora Solos en la cama estaba en muy mal estado.

Apenas se sostenía con vida.

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