La Heredera del Poder romance Capítulo 503

Aunque no tenía idea, Yolanda no se daba por vencida y quería tener un encuentro casual con Bernadotte-YC.

Sin siquiera cenar, Yolanda se arregló con esmero y se sentó en el lobby del hotel, esperando así encontrarse de casualidad con Bernadotte-YC.

Hasta las nueve de la noche, no vio a nadie que pareciera ser Bernadotte-YC pasar por allí.

No solo no se encontró con Bernadotte-YC.

Sino que se encontró con alguien totalmente inesperado.

Gabriela.

Yolanda frunció el ceño.

¿Qué hacía Gabriela ahí?

¿Acaso había algún evento de Voz Maravillosa otra vez?

Pensando en el que ella y Gabriela ya no serían del mismo mundo, los ojos de Yolanda se llenaron de un brillo triunfal.

...

Esa noche, cuando todos dormían.

Gabriela, vestida con un camisón de seda, estaba ocupada trabajando frente a su computadora.

Además de la computadora, había una pantalla transparente frente a ella, sobre la cual los dedos de Gabriela no dejaban de hacer clics.

Estaba preparándose para destruir el sistema de trampas de Yolanda.

Como fundadora del sistema, Gabriela conocía su punto débil.

Claro que, escribir el programa de destrucción era un poco complicado.

No fue hasta las tres y media de la madrugada que Gabriela finalmente cerró la computadora y se fue a dormir.

En un abrir y cerrar de ojos llegó el día siguiente.

Para recibir a los tecnólogos de todo el mundo.

Las principales calles de Ciudad Real estaban cerradas.

El sonido de los helicópteros no paraba de escucharse en el cielo.

Y la sirena de los coches de policía también resonaba una y otra vez.

Para asistir a la conferencia de tecnología de ese día.

Yolanda empezó a maquillarse desde las cinco de la mañana.

Base, lápiz labial, sombra de ojos, pestañas postizas, nada podía faltar.

Su cabello estaba recogido en un peinado de princesa.

Para resaltar su impresionante figura, Yolanda también eligió un vestido largo y ajustado.

¡De un color rojo intenso!

Definitivamente sería el centro de todas las miradas.

Poniéndose los tacones altos, Yolanda caminó elegante hacia el exterior.

Fuera del hotel, ya había un coche esperándola.

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