La Heredera del Poder romance Capítulo 513

Gabriela compró algunos recuerdos y luego arrastró a Sebastián a comer brochetas en un puesto callejero.

La higiene del lugar dejaba mucho que desear.

Pero Sebastián se sentó sin inmutarse y pidió algunas verduras.

Si alguien más lo viera, se sorprendería mucho.

¿Desde cuándo el distinguido Sr. Sebas comía en puestos callejeros y, además, rodeado de tanta gente?

...

En un abrir y cerrar de ojos llegó el día siguiente.

Gabriela y Sebastián llegaron juntos al aeropuerto.

La primera clase tenía un total de ocho asientos.

Pero hasta que el avión despegó, los otros seis asientos siguieron vacíos.

Gabriela sacó la funda de móvil que había comprado en el mercado nocturno, lista para cambiarla.

Al abrir el paquete, descubrió que venía con otra funda idéntica de regalo.

Gabriela miró a Sebastián y le dijo, "Nuestros teléfonos son del mismo modelo, ¿verdad?"

Sebastián sacó su teléfono y respondió, "Parece que sí."

"Entonces esta funda es para ti." Gabriela le pasó la funda a Sebastián.

Sebastián tomó la funda rosa, sumido en pensamientos.

No solo era rosa.

También tenía incrustaciones de diamantes y perlas que a las chicas les encantaban.

¿A todas las chicas les gustaba el rosa?

Gabriela bromeó, "Si no te gusta, también puedes dársela a la abuela Zesati, recuerdo que su teléfono es del mismo modelo que el mío."

"No, me gusta mucho." Dicho esto, Sebastián le puso la funda al teléfono.

La funda rosa hizo que el teléfono pareciera completamente nuevo.

Gabriela lo provocó a propósito, "Deberías cambiar también el fondo de pantalla por uno rosa, quedaría aún mejor."

Sebastián no respondió, tenía la vista sobre su teléfono.

Cuando Gabriela pensó que Sebastián se había molestado, él de repente le pasó el teléfono, "¿Qué te parece este fondo?"

Era un patrón rosa muy femenino.

Gabriela lo miró sorprendida y dijo, "¿En serio lo cambiaste? Solo estaba bromeando."

Sebastián dijo seriamente, "De hecho, siempre me ha gustado el rosa."

"¿En serio?" Gabriela levantó una ceja, sorprendida.

"En serio." Sebastián asintió.

Viendo que no parecía estar mintiendo, Gabriela asintió, "Este se ve muy bien."

Que a un hombre le gustase el rosa, Gabriela pensó que era una estética peculiar. No estaba segura de poder estar de acuerdo.

Sebastián configuró esa imagen como su pantalla de bloqueo.

Cinco horas después, el avión aterrizó en el Aeropuerto Capital Nube.

Ya eran más de las tres de la tarde.

Apenas salieron del área de llegadas,

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