La Heredera del Poder romance Capítulo 558

La familia Lago no era de las que compraban regalos baratos; hacerlo sería una vergüenza.

Valeria reconoció la tarjeta; era un regalo que Jana le había dado a Olga, contenía una buena suma de dinero. No esperaba que Olga fuera tan generosa. Al tomar la tarjeta, dijo: "Gracias, mamá."

Olga asintió con la cabeza. "Ve ya, le pediré a García que te lleve."

"Está bien."

Temerosa de que Olga sufriera algún desprecio en la familia Fuentes, el conductor García y el coche también habían sido proferidos por la señora Jana para ambas.

Con el dinero que Olga le dio, Valeria compró un regalo de seis cifras para asistir a la fiesta de Flora.

Apenas el coche se detuvo frente a la mansión de la familia Lago, un joven atractivo la recibió.

"Vale, llegaste."

Valeria, con elegancia, levantó el dobladillo de su vestido y sonrió graciosamente, "Hermano Alfredo."

Ese era Alfredo Lago, el hermano de Flora.

Alfredo, de 21 años, era dos años mayor que Valeria.

Seis meses atrás, Valeria arriesgó su vida para salvar a Flora y, sumado a su carácter gentil y amable, Alfredo siempre había tenido una buena impresión de ella.

Alfredo sonrió y dijo: "Flora está adentro atendiendo a los invitados, se pondrá muy contenta de saber que has venido."

Valeria respondió: "Estoy más que feliz de poder unirme a la fiesta de cumpleaños de Flora."

De hecho, Valeria sabía muy bien lo que Alfredo sentía.

Él se había enamorado de ella.

¿Por qué más sería tan atento con ella?

Lamentablemente.

Comparada con la familia Zesati, la familia Lago simplemente no estaba a la altura.

Aunque Alfredo fuera amable con ella, todo sería en vano.

Sin embargo, a Valeria realmente le gustaba sentirse adorada de esa manera.

Alfredo era un hombre distinguido; aunque la familia Lago no pudiera compararse con la familia Zesati, en Ciudad Real eran muy reconocidos, y muchas damas de sociedad suspiraban por Alfredo, algunas incluso estaban dispuestas a perseguirlo.

Si esas mujeres supieran que Alfredo se había fijado en ella, probablemente morirían de envidia.

Mientras pensaba en eso, una sonrisa de suficiencia apareció brevemente en los labios de Valeria.

A la fiesta de cumpleaños de Flora asistieron muchas personas.

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