La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 103

Kai miró fijamente el teléfono en la mano de Nicole. ‘Sí… ¡Eso es realmente mío!’.

Todos los miembros de la familia Stanton utilizaban el cumpleaños de Nicole como contraseña para que ella pudiera recordarlo fácilmente. Así, Nicole realizó el pago sin ningún tipo de problema.

Las comisuras de los labios de Kai se curvaron. De repente extrañó a la hermana que solo pedía un yate, que al menos le ahorraba dinero.

Aunque ochocientos millones de dólares no era una gran suma para Kai, todavía se sentía un poco vacío cuando el dinero se evaporó así como así.

Kai se palmeó el pecho para consolarse. ‘Todo está bien... Es mi hermana, así que está bien que gaste mi dinero. Además, ¡solo son ochocientos millones! Lo único que importa es su felicidad...'.

Tigger finalmente se mostró amistoso con él y frotó su cabeza en su regazo, actuando de manera tierna. La atención de Kai se desvió, así que cargó a Tigger y se fueron a jugar a otra parte.

Esa tarde, además del escándalo de Nicole, el nombre de “@BebéRica” subió rápidamente a uno de los temas más candentes en Internet.

[Es la primera vez que veo a gente rica de compras. Resulta que ni siquiera miran los precios].

[@BebéRica realmente le hizo honor a su nombre...].

[¡No me importa qué edad tenga! Quiero casarme con ella. ¡Incluso puedo tomar su apellido!].

[¿Quién es la misteriosa @BebéRica?].

…

Nicole le dio a la persona que transmitía en vivo una dirección para que dejara todos los artículos, y luego felizmente puso a un lado el teléfono de Kai. Encontró su propio teléfono y vio siete llamadas perdidas en él.

Una era de Eric Ferguson, cuatro del Viejo Amo Ferguson, y las otras dos de Yvette e Ian.

Nicole estaba a punto de devolver la llamada a Yvette cuando su teléfono volvió a sonar.

Las comisuras de los labios de Nicole se curvaron en una sonrisa fría. ‘¿Está tan ansioso?’.

Aunque el Viejo Amo Ferguson había puesto a Nicole contra la pared y había conseguido que todo el mundo la calumniara. Ella seguía teniendo en sus manos la baza perfecta: la pipa de esmeralda. ¿A qué tenía que tenerle miedo?