La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1326

El personal de servicio respondió con una sonrisa e hizo que alguien buscara el vestido.

Molly miró a Nicole con nerviosismo. “¿Tengo que probármelos todos? ¿Y tú qué?".

“Actualmente no tengo intención de usar un vestido de novia, así que olvídate de eso, pero tú puedes probarlos…”.

Nicole hizo una pausa. “Si no quieres, podemos hacer que una modelo se lo pruebe por ti para que puedas ver cómo es, pero eso es demasiado aburrido. Los vestidos de novia son diferentes a otras prendas. Tienes que probarlos tú misma para saber si te gusta. ¡Puedes pedirle a alguien que los pruebe por ti más tarde si te cansas!”.

Molly se quedó sin palabras.

Todavía le resultaba extraño por qué de repente se estuviera probando vestidos de novia.

Ella solo quería entrar para ver cómo era la tienda por dentro.

Sin embargo, eran vestidos realmente muy hermosos. Molly estaba irremediablemente inmersa en la belleza de los mejores vestidos de novia del mundo.

'¡Bueno pues, solo me los probaré! ¿Qué es lo peor que podría pasar?', pensó Molly.

Pensando de esa manera, Molly miró a Nicole y asintió. Ella entregó a Tigger a Nicole y fue al vestidor.

Una vez dentro, en realidad había un personal de servicio en el vestidor.

“Hola, distinguida invitada, ¿puedo ayudarla a cambiarse de ropa?”.

Guau, el servicio aquí era realmente atento y no podía ser más completo.

Sin embargo, Molly no tenía la costumbre de dejar que otros la miraran mientras se cambiaba de ropa.

Tal vez las personas en la sala de exposiciones tenían miedo de que ella dañara los vestidos.

Molly sacudió la cabeza tentativamente. “Puedo ponérmelo yo misma”.

El personal sonrió sin dudarlo.

“Claro, la esperaré afuera. Por favor llámeme si necesita ayuda”.

Luego, el personal se retiró.

Molly dejó escapar un largo suspiro. ¡La experiencia había sido realmente increíble!

Ella reprimió su entusiasmo interior y comenzó a probarse los vestidos de novia.

Nicole se sentó a un lado, comiendo un pequeño refrigerio y mirando tranquilamente el vídeo que le entregó el personal de servicio. Ella pasó la pantalla con insatisfacción.

Al segundo siguiente, un hombre de repente se sentó a su lado. Él cogió el bocadillo, lo probó y lo tiró a un lado asqueado.

“¡No es tan bueno como el que hace Carol!”.