La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1364

Temprano por la mañana.

Nicole seguía durmiendo.

Tigger empezó a escarbar con sus patitas y a dar saltos.

“¡Mamá, es hora de levantarse!”.

Ella hizo un gesto para alejar al molesto pequeño tigre.

Tigger la llamó insistentemente, y al final gritó hasta que su somnolencia se desvaneció.

El Señor Anderson se acercó, se paró frente a la puerta y la llamó con voz suave.

“Señorita, ¿está despierta?”.

Al no escuchar ningún sonido, el Señor Anderson siguió llamando a la puerta. “Señorita, el Director dijo que debería bajar antes para que no la vean los invitados más tarde. ¡Eso dejará una mala impresión!”.

Nicole se recompuso por completo y suspiró.

“¡Entendido!”.

Al escuchar la respuesta, el Señor Anderson suspiró aliviado y bajó las escaleras.

Una vez que Nicole fue despertando poco a poco, recordó que los padres de Molly iban a venir hoy.

Floyd debió habérselo tomado muy en serio.

Nicole fue inmediatamente a refrescarse y luego se dirigió al vestidor para elegir un conjunto más casual y decente que no fuera demasiado llamativo. Era de color beige claro, lo que le daba un aspecto más justo y amable.

Cuando bajó las escaleras, Floyd estaba haciendo un berrinche.

“¡¿Por qué Grant fue a la oficina cuando tenemos un evento tan importante en casa?! ¡¿Acaso no valora nada más que la compañía?!”.

A un lado, el Señor Anderson habló con una sonrisa:

“El Joven Amo Mayor se fue temprano en la mañana. Antes de irse, dijo que volvería en cuanto terminara de resolver algunos asuntos”.

“¡Bah!”.

Mientras Nicole bajaba las escaleras, vio que los sirvientes estaban ocupados empacando. Incluso había muebles nuevos. Los jarrones antiguos fueron sustituidos por arte de buen gusto, lo que parecía más refinado.

¿A dónde se fue el antiguo jarrón que valía decenas de millones de dólares?

Ella se quedó de pie durante unos minutos mirando a Floyd estupefacta.

Floyd se dio cuenta de repente e inmediatamente miró al Señor Anderson. “¡Rápido, que alguien traiga los libros del estudio y los ponga allí!”.

Sin más demora, el Señor Anderson llevó a alguien arriba.

Nicole se dirigió a la cocina, aún sin palabras. Acababa de despertarse y tenía hambre.

Sin embargo, no había nada en la cocina.

“¿Dónde está el desayuno?”.

Floyd se paraba en los escalones con un aura imponente y dirigía a los sirvientes para que movieran los muebles mientras decía con despreocupación:

“No desayunes. Solo toma un poco de leche si tienes hambre. ¿Cómo pueden tener tiempo para cocinar?”.

Ella se quedó atónita.

Mientras Floyd hablaba, el sonido de un motor de coche se escuchó desde afuera.

Nicole miró por la ventana y vio a Aida con un traje Chanel azul marino. Ella entró, luciendo esbelta y elegante y una sonrisa muy adorable y extremadamente amable.

“Pequeña N, aún no has comido, ¿cierto? Preparé unos bocadillos en casa. ¿Quieres probar algunos?”.