La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1474

Lance no dijo nada y encendió el coche.

"¿Qué quieres comer?".

No habían pasado tanto tiempo juntos, pero ya era mediodía ya que Yvette se había levantado tan tarde.

Yvette frunció los labios. “Ya tengo una cita con Nicole para hacernos un tratamiento facial. Dejemos el almuerzo para otro día”.

Lance preguntó: "¿En serio?".

En cuanto Yvette escuchó esta pregunta, se puso ansiosa. ¿Sonaba como una excusa?

¿Por qué inventaría una excusa?

Como si quisiera probarse a sí misma, Yvette pulsó inmediatamente sus mensajes con Nicole y se lo mostró a Lance.

"¡Míralo por ti mismo!".

Lance se rio. "Es un poco pronto para estar vigilándote".

Yvette retiró su mano. Su rostro se puso aún más sonrojado.

¿Vigilándola?

Cierto, solo un esposo y una esposa se cuidaban de esta manera.

Su acción fue demasiado ansiosa.

Yvette resopló con frialdad. Al ver que empezaba a ponerse un poco incómodo, Lance se apresuró a preguntar: “¿Dónde está el lugar? Te llevaré”.

No le dio importancia ni rechazó el viaje gratis.

Después de que Yvette le dijera la ubicación, los dos dejaron de hablar.

Pronto, llegaron al lugar. Nicole ya había llamado para apurar a Yvette.

Yvette colgó después de unas pocas frases y estaba a punto de abrir la puerta para salir corriendo.

Sin embargo, la puerta estaba cerrada y no se podía abrir.

Yvette se volteó para mirar a Lance.

Lance sonrió con seriedad en sus ojos.

“Yvie, por favor, recuerda lo que dije antes. Tenemos que ser sinceros el uno con el otro para evitar distanciarnos”.

Yvette hizo una pausa y asintió.

"Está bien".

Lance era realmente insistente.

Lance dijo: “Puedes buscarme cuando quieras si necesitas algo”.

"Está bien".

Yvette tenía un buen presentimiento sobre Lance después de ver sus acciones.

Ella solo miró de mala gana a esa chica bonita y desenfrenada que acababa de ser abandonada y pensó que Yvette era realmente afortunada.

Ellos vieron cómo Yvette giraba a la izquierda y entraba en un salón de belleza de alta gama. Poco después, un empleado de la tienda colocó un cartel de "cerrado".

¡Vaya, qué fabuloso!

Ellos no estaban en un rincón escondido. Si Yvette hubiera levantado la cabeza, los habría visto, y probablemente ya no se sentiría tan feliz.

Por desgracia, Yvette no levantó la vista.

......

Cuando Yvette entró, un empleado de la tienda se acercó y se inclinó a modo de saludo.

“Bienvenida, Señorita Quimbey”.

El empleado de la tienda se agachó para cambiarle los zapatos a Yvette.

Después de que Yvette se limpiara, entró lentamente y miró a Nicole, quien ya estaba haciéndose un tratamiento de vapor. Tenía una revista en la mano y miró a Yvette. "¡Llegas tarde!".

Una sonrisa apareció en el rostro de Yvette mientras se acercaba y se sentaba al lado de Nicole.

“¡Diosa Nicole!”.

Nicole hizo una pausa, alzó las cejas y sonrió.

"Señorita Quimbey, ¿qué me quieres decir?”.