La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1491

Lance no había tocado a Yvette mientras estaba borracha. Esa era la cualidad más básica que tenía como caballero.

Especialmente porque Yvette era su esposa con la que se había casado recientemente, él quería dejarle una buena impresión.

Sin embargo, ahora que Yvette estaba sobria, no había ninguna razón para que él se controlara con la nueva Señora Sheldon.

Yvette nunca había visto a Lance perder el control como lo hizo en ese momento.

Lance quería continuar incluso después de que lo hicieron una vez, pero su teléfono estaba sonando sin parar. Él se sintió tan conflictivo e irritado por eso.

Yvette también estaba muy molesta. Bastaba con hacerlo una vez. Ella no quería continuar.

Sin embargo, el apetito de Lance solo parecía crecer. Él se volvió codicioso, por lo que ella tuvo que trabajar duro para seguir a su ritmo.

Ella lo empujó lejos. Su voz sonaba ronca y seca. Ella ya no tenía la energía que había usado antes para bromear con él.

"Ve a contestar el teléfono".

La mano de Lance todavía sostenía su cintura. La sensación de su cuerpo en su mano era tan buena que no podía soportar dejarla ir.

Sin embargo, él sabía que ya no podían continuar.

Él se separó de ella con el rostro ceniciento y levantó el teléfono. Su actitud era extremadamente fría e indiferente.

"Está bien".

Lance colgó el teléfono, miró hacia atrás y vio a Yvette acostada en la cama, durmiendo. Sus mejillas estaban sonrojadas y la sábana que cubría debajo de su hombro ocultaba su erotismo.

La luz del sol envolvía sus hombros, y su piel clara y delicada se veía translúcida y brillante, como una pieza de hermoso jade, pura, blanca e impecable.

Al probarla, perdió por primera vez el control con una mujer. Removiendo cualquier inseguridad que sentía sobre su masculinidad. Él era igual a cualquier hombre.

Su corazón luchó durante mucho tiempo antes de que él se acercara lentamente, luego se sentó de rodillas junto a ella. Él le acarició el pelo junto a su oreja y lo colocó detrás de ella.

Luego, le dio un beso detrás de la oreja y habló en voz baja.

“Yvette, el viaje que tenía planeado ayer no puede retrasarse más. Tengo que irme y no volveré hasta en tres días”.

Yvette estaba tan cansada que ni siquiera podía levantar los brazos. Cuando escuchó sus palabras, ella solo quería que se diera prisa y se fuera.

Ella no respondió. Lance respiró profundo. Él también sabía que no era muy educado irse así después de que acababan de acostarse.