La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1493

Mientras Nicole saludaba a otras personas, Yvette entregó un acuerdo secreto a la exesposa de Sean.

En el coche, la exesposa de Sean las alcanzó rápidamente antes de que pudieran encender el coche.

Ella le lanzó el acuerdo que tenía en la mano a Yvette.

Su rostro estaba teñido de resentimiento e ira.

"¿Qué estás haciendo? ¿Tratando de humillarme?”.

Yvette miró el acuerdo de transferencia que acababa de firmar, lo ojeó varias veces y sonrió.

"Piensas demasiado. ¿No anhelabas este proyecto?”.

"Admito que perdí, pero no te daré la oportunidad de humillarme".

Yvette frunció los labios. En el documento, estaba escrito que había transferido a la exesposa de Sean el terreno por un precio de oferta de seis millones.

Yvette lo consiguió por nueve millones pero lo estaba vendiendo por solo seis millones.

Yvette hizo algo que solo un tonto haría.

Ella se rio levemente. “No es que tenga demasiado dinero para gastar. Incluso si pongo más en este terreno, la ganancia también será limitada”.

“Sin embargo, el costo es relativamente bajo. Quieres este proyecto porque no puedes conseguir nada mejor, ¿verdad?”.

La mujer se quedó allí. Su cuerpo se puso ligeramente rígido, pero no había expresión en su rostro.

Aun así, ella no podía mostrar su intención y suplicarle a Yvette.

La relación entre ellas debería ser como el fuego y el agua, ¿verdad?

Yvette la miró. No había burla en su sonrisa y su tono era solemne.

“¿No siempre sentiste que destruí tu matrimonio? Siempre sentiste que te hice algún mal, ¿verdad?”.

“Considéralo una pequeña disculpa de mi parte. Por favor... Acéptalo en paz”.

Sin embargo, lo peor que había decidido era volver con él después de su divorcio.

¿Por qué?

Parecería que fue por falta de voluntad, una falta de voluntad para que los sentimientos sinceros se encontraran en un final precario.

Yvette no sabía que hacer eso iba a lastimar a muchas personas y estaría en medio de un escándalo público.

Hoy mirando hacia atrás, Yvette se sentía sobria, como si hubiera sido golpeada por una vara.

Yvette era inocente, pero ¿no era inocente la exesposa de Sean también?

La exesposa de Sean vio alejarse el coche y las lágrimas que habían estado surgiendo de sus ojos brotaron repentinamente.

El asistente detrás de ella corrió y se quedó sin palabras.

“No llore, Señorita. Incluso sin esta oportunidad, no dejaremos la compañía. Debe haber otra forma. ¡Sean no se quedará con los brazos cruzados y dejará que se las arregle sola!”.