La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1632

Era un gran complejo vacacional, por lo que era imposible que no hubiera siquiera un empleado alrededor.

Yvette se encogió de hombros. “Mi colega dijo que llamaría a alguien por mí, pero nadie vino. Mi teléfono se rompió y acabo de terminar de bañarme, así que tampoco podía dejar que otros entraran. Es por eso”.

Nicole frunció el ceño y se quedó pensativa mientras observaba a Yvette entrar mientras sostenía la ropa.

Unos minutos después, llamaron a la puerta.

"¿Luca?".

Preguntó Nicole.

Luca dijo: “Sí, Señorita Stanton. El Señor Sheldon quiere ver a la Señorita Quimbey”.

Nicole puso los ojos en blanco. Incluso sin pensarlo, ya sabía que el asunto de hoy tenía que ver con Lance.

Yvette estaba sufriendo una injusticia pero no se había dado cuenta de ello.

Sin embargo, como espectadora, Nicole lo veía claramente.

A Yvette le habían tendido una trampa.

"No. Dile que se vaya”.

Nicole habló sin compasión.

Las dos personas paradas afuera se quedaron atónitas.

Luca transmitió con calma las palabras de Nicole a Lance.

"No. Váyase".

Luca no se molestó en reformularlo para que sonara más eufemístico o discreto.

Lance se quedó atónito por un momento antes de acercarse y llamar a la puerta personalmente.

“Señorita Stanton, soy Lance. Solo quiero ver cómo está Yvette. Si es inconveniente, por favor díle que la esperaré”.

Aunque Yvette tenía mucho carácter, no era rencorosa. Los olvidaba en un abrir y cerrar de ojos.

Lance la conocía muy bien, así que estaba seguro de que negarse a verlo era una decisión de Nicole, no de Yvette.

Nicole se rio suavemente y lo ignoró. Ella se sentó y esperó a que Yvette saliera.

Afortunadamente, la gente afuera tuvo el buen sentido de no seguir llamando a la puerta.

El rostro de él estaba tranquilo mientras asentía. “Aún no ha terminado, pero ya podemos irnos. ¿Te espero abajo?”.

Yvette lo llamó y él se detuvo.

"Nicole está aquí, y vamos a cenar en la noche, así que no volveré a la oficina contigo".

Lance se quedó en silencio durante unos segundos. Una extraña emoción surgió en el fondo de sus ojos mientras intentaba captar algo de su expresión, pero no pudo encontrar nada.

"Señorita Quimbey, aún faltan cuatro horas para que termine la jornada laboral. ¿Estás tratando de decirle a tu jefe que vas a faltar al trabajo?”.

Su voz era firme, con un toque de autoridad y persuasión.

"Te llevaré a la fiesta por la noche, así que vuelve a la oficina conmigo por ahora".

Lance sentía que no podía dejar ir a Yvette hasta que todo se hubiera esclarecido.

Una vez que ella se fuera, sería aún más difícil de explicar.

Yvette se veía incómoda. Si ella siguiera siendo tan indiferente como antes, no le importaría qué clase de tonterías dijera Lance.

Sin embargo, últimamente Lance le enseñaba con seriedad. Si se iba así, la haría parecer muy despiadada.