La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1683

Clayton no le avisó a nadie de su regreso.

Pensaba quedarse en Libertad al menos una semana, pero no podía quedarse más.

Después de solo unos días sin verla, su anhelo por Nicole superaba la suma de todos los valores emocionales del pasado.

Roland pensaba que Clayton podría salir enojado después del encuentro con Quavon e incluso hizo preparativos para huir.

Sin embargo, la situación actual parecía haber superado sus expectativas. Clayton no solo no se molestó, sino que se quejó con entusiasmo de que cierto bolso de lujo era demasiado feo, al igual que cierto abrigo de Nicole.

Roland escuchaba con la cabeza baja, algo pérdido.

“Señor Sloan, recuerdo que cuando la Señorita Stanton llevaba ese abrigo, usted la halagó de todo corazón diciendo que era hermosa sin comparación. No esperaba que…”.

Roland dudó. No esperaba que Clayton dijera cosas que no sentía.

Clayton se congeló un momento y frunció los labios. Dijo con franqueza: “La estaba alabando a ella, no a su ropa”.

La razón por la que estaba tan familiarizado con estas cosas que antes no conocía era simplemente debido a que a Nicole le gustaba ir de compras cuando se aburría.

Además de ir de compras, ella siempre insistía en escuchar su opinión.

A Clayton no le quedaba de otra que aprender para alcanzar su nivel de satisfacción.

Sin embargo, también se acostumbró con el tiempo. La ropa y las joyas, que al principio no podía diferenciar, en realidad tenían detalles en ciertos lugares y tenían sus propios puntos destacados.

Llegaron al vestíbulo del apartamento.

Clayton se bajó del coche y subió sus cosas.

Roland tenía la intención de acercarse a ayudar, pero fue rechazado.

“Tómate el día libre. Vuelve a casa. No me molestes si no hay nada”.

Clayton entró al elevador con decisión y subió.

Roland se quedó sin palabras.

Cuando Clayton subió, la casa de Nicole estaba silenciosa y tranquila. Ella se había ido al trabajo.

Su corazón estaba un poco arrepentido, pero aún así colocó las cosas en su vestidor. Todas eran sus cosas favoritas, así que ella se alegraría mucho cuando las viera.

Los platillos de Clayton estaban listos justo a tiempo. Comida occidental, velas y un mundo de dos.

Era una noche perfecta.

Nicole empujó la puerta y las luces se encendieron automáticamente. Al ver la casa limpia y ordenada, se quedó momentáneamente perpleja sin saber cómo reaccionar.

Entonces, vio a Clayton con su ropa de casa con las mangas remangadas. Éste salió de la cocina con una sonrisa en su apuesto y bien definido rostro.

Ella volvió a quedarse perpleja.

“Señorita Stanton, has trabajado mucho. ¡Pensé que esta noche te ibas a a quedar a dormir en la oficina!”, dijo Clayton entre broma y angustia.

Nicole salió del trabajo muy tarde. Debió de estar tan ocupada que no tuvo tiempo de comer.

Siempre había sido muy mala para cuidar de sí misma.

Si no llegaba pronto a casa, él habría ido a la oficina para traerla de vuelta.

Ella estaba sorprendida. Cuando lo vio frente a ella, se quedó sorprendida antes de que una oleada de felicidad se extendiera por sus ojos. Dio unos pasos hacia delante y se abalanzó sobre él, diciendo con entusiasmo: “¡Volviste!”.