La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1705

Mitchell abrió la boca. “Todas las decisiones que usted tomó fueron racionales y correctas, pero la Señorita Stanton no necesita racionalidad. En los momentos más peligrosos, creo que lo que necesita es un favoritismo inquebrantable”.

Eric se quedó en silencio, sin moverse.

Mitchell apretó los dientes. “Presidente, usted nunca ha favorecido a la Señorita Stanton, así que ¿por qué es tan insistente?".

Lo que Mitchell no podía entender era por qué Eric quería aprovechar esta oportunidad para perseguir a Nicole nuevamente.

¿Cómo iba a ceder Nicole hacia alguien que se aprovechaba de sus dificultades?

Nicole solo sentiría más repulsión por Eric.

Si Eric realmente quería mejorar su relación, debió haber tomado la iniciativa de dejar que Felix viniera a tratar la enfermedad de Floyd.

Sin embargo, Eric no lo hizo.

La oportunidad estaba justo frente a él, pero la desperdició.

Mitchell se quedó sin palabras.

Le parecía que Eric se había metido en un callejón sin salida y que ya no podía dar la vuelta.

Mitchell permaneció allí y podía ver las venas del cuello de Eric. Al ver a un Eric tan frágil, casi no podía soportar seguir hablando.

Eric dijo con voz profunda: “Realmente no puedo aceptarlo. ¿Por qué Keith puede recuperar a su ex esposa, pero yo no?”.

Mitchell frunció los labios. “Porque la ex esposa del Señor Ludwig no tiene adónde ir, pero la Señorita Stanton tiene innumerables caminos por delante. Incluso si usted hiciera lo mismo que el Señor Ludwig y dejara embarazada a la fuerza a la Señorita Stanton, ¿cree que la Señorita Stanton daría a luz obedientemente al bebé como la Señorita Lehman?”.

No.

Cualquiera lo haría, pero Nicole no.

Nicole era muy orgullosa y segura de sí misma.

Nicole no solo no cedería, sino que si Eric hiciera algo así, la Corporación Ferguson también se enfrentaría a una crisis.

La familia Stanton no descansaría hasta que los Ferguson sufrieran. Al final, ambas partes saldrían perdiendo.

Eric se quedó en silencio durante mucho tiempo, tanto que Mitchell, quien estaba allí de pie, pensaba que se había quedado dormido.

Eric dijo: “Mitchell…”.

No había ningún indicio de fragilidad en su voz. Seguía siendo el empresario frío, severo y racional Eric Ferguson.

El corazón de Mitchell tembló ligeramente pero se tranquilizó. "Sí, Señor Ferguson".

Mitchell apretó los dientes, quizás al darse cuenta de que su carrera estaba a punto de terminar aquí.