La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1725

Nicole bajó.

El coche de Clayton era extraordinariamente llamativo.

Él estaba parado allí luciendo alto, guapo y gentil. Parecía accesible pero al mismo tiempo inalcanzable.

Nicole le sonrió y se acercó. Clayton se adelantó y la abrazó, luego le abrió la puerta.

El conductor asintió y subió al coche.

Nicole se preguntó por qué Clayton de repente hizo que su conductor viniera.

Clayton le susurró al oído: “De esa manera, puedo tomarte de la mano en la parte de atrás”.

Al escuchar eso, Nicole sintió que su corazón se aceleraba nuevamente.

Ella le puso los ojos en blanco. "Son solo unos minutos...".

Clayton sonrió y no dijo nada.

Él no había regresado a trabajar desde el momento en que la llevó a la oficina.

Clayton organizó todo e instruyó a Roland desde el coche. Finalmente, él esperó a que Nicole saliera del trabajo, ansioso por verla.

El coche se movía extraordinariamente lento.

Nicole dejó su teléfono y miró los coches afuera. No había mucho tráfico, así que ¿por qué iban tan lento?

Ella no pudo evitarlo más, luego miró a Clayton. "¿No vamos muy lento?".

Clayton levantó los párpados y la miró aturdido.

"¿Te parece? ¿No es la misma velocidad de siempre?”.

Nicole respiró hondo. ¿Él pensaba que ella era estúpida?

La velocidad promedio de este coche de lujo era de 40 km/h. Ellos iban tan despacio que los coches de atrás se molestaban pero tenían miedo de pitar. Esas personas probablemente estaban maldiciendo su coche.

Sin embargo, las personas en el coche no se dieron cuenta y siguieron conduciendo lentamente.

El conductor tosió.

"Señorita Stanton, esta carretera acaba de sufrir un accidente de tráfico, así que no podemos conducir demasiado rápido. No se preocupe, estará bien pronto. Si está cansada, puede tomar una siesta”.

Clayton frunció los labios con satisfacción y la miró.

"¿Escuchaste eso? No lo apresures. De lo contrario, el conductor se va a estresar”.

Tal vez Clayton solo la trajo aquí para comer.

El camarero se acercó respetuosamente y les dijo cortésmente: “Señor Sloan, Señorita Stanton, por aquí, por favor…”.

Clayton ya había reservado una habitación privada para que estuvieran aislados del ambiente exterior.

Él sabía lo que a ella le gustaba, así que ordenó sus platos favoritos con anticipación.

No mucho después de que se sentaron, se sirvieron los platos.

Eran muy exquisitos y se veían costosos.

Nicole sonrió. Aunque ella no tenía mucho apetito, de mala gana comió algunos bocados. Sorprendentemente, el sabor de estos platos cambió ligeramente y no la hizo sentir incómoda.

Clayton sonrió y le sirvió un vaso con leche.

“Le pedí al chef que hiciera un ajuste a los ingredientes de acuerdo a tu gusto y la recomendación de una nutricionista. La nutricionista dijo que de esta manera, tus náuseas matutinas no serían tan severas. ¿Te sientes bien?".

Clayton prestó atención a la reacción de Nicole. Si había incluso una pizca de insatisfacción, inmediatamente haría que cambiaran el plato.

Los ojos de Nicole brillaban bajo la luz y eran extraordinariamente hermosos.

"¡Con razón! ¿El chef realmente te escuchó? ¿Pensé que los chefs tenían la costumbre profesional de no permitir que otros modificaran sus recetas?”.