La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1750

Cuando Lance inclinó su cuerpo, Yvette solo se sonrojó levemente y lo empujó para recordarle.

“Seguimos en el garaje...”.

Su mano agarró la muñeca de ella y sus labios cayeron sobre el cuerpo de ella como lluvia, tocándola y avivando su fuego.

"No importa. Da igual...".

Su voz baja sonaba ronca como si estuviera reprimiendo cierta emoción. Su argumento fue muy convincente.

Yvette solo estaba fingiendo e inmediatamente se dejó, sin resistirse más.

Si le daba igual, entonces a ella también.

Nadie vendría a molestarlos de todos modos.

......

Pasó una cantidad desconocida de tiempo.

Yvette sentía como si estuviera en un cuerpo de agua. La embriaguez y el agotamiento la abrumaron, lo que la hizo incapaz de saber si esto era un sueño o la realidad.

Sentía como si alguien la estuviera cargando adentro y la llevara a un lugar muy cálido. Había agua por todas partes y se sentía muy cómodo.

Ella jugó con el agua con facilidad. Su conciencia se volvió borrosa como si estuviera jugando en el mar en la playa.

Muy débilmente, ella escuchó a alguien suspirar en voz baja.

"¿Estás ebria pero sigues siendo tan juguetona?".

Pronto, alguien la sacó del agua, la limpió y la llevó a un lugar seco.

En lo que ella pensó que era una silla de playa, Yvette daba vueltas y giraba, sintiendo que el sol realmente era cálido.

En su aturdimiento, un hombre se acostó junto a ella y la levantó de donde estaba a punto de caer.

Con un giro, ella cayó en un cálido abrazo.

Era una fragancia muy agradable, igual que el olor de su cuerpo.

Lance quería dejar dormir a Yvette, pero ella simplemente no se detenía y lo excitaba constantemente. Finalmente, él no pudo soportarlo más y bajó la cabeza, comenzando a tocarla también.

Yvette fue despertada por los movimientos incontrolados de Lance. Ella abrió los ojos, frunció el ceño y reconoció al hombre encima de ella después de un rato.

Sus besos eran calientes y caían pesadamente por todo su cuerpo. Sus ojos se veían un poco escarlata.

Yvette tocó su pecho. Era una sensación muy cómoda, justo del tipo que a ella le gustaba.

Lance se congeló y los dos se miraron.

Al segundo siguiente, él se rio en voz baja. "¿Estás despierta? Eso es mejor. Tú me provocaste primero, así que no te enfades conmigo mañana”.