La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 1887

Lance se acercó y se sentó junto a Yvette. Extendió su mano y le tocó la cara, la cual estaba cálida y era delicada como la piel de un bebé. En ese momento, sus mejillas estaban sonrojadas por el alcohol.

El rostro dormido de Yvette se veía tan inofensivo e inocente.

Cuando Lance la vio, toda la ira que había acumulado se calmó.

Lance nunca antes había imaginado que él estaría tan apegado a una mujer.

Él solía ​​pensar que el matrimonio era solo un negocio. Los sentimientos eran opcionales y todo lo que necesitaban era respeto mutuo.

En ese entonces, Lance nunca esperó enamorarse de su esposa.

Sin embargo, la aparición de Yvette alteró sus planes.

Yvette era como una variable incontrolable que estaba enloqueciendo su vida, pero ella era indispensable.

Ella traía calidez a su vida, la cual era originalmente estricta y aburrida, y él estaba completamente inmerso en esa calidez.

Lance pensó: ‘Estuve tan cerca de perder a Yvette... Que bueno que regresó’.

Él la miró por un buen rato en silencio, sin mover un músculo.

Cuando la sirvienta llegó con el té para la resaca, se sintió aliviada al ver esta escena.

Parecía que Lance todavía estaba muy apegado a Yvette.

La sirvienta pensó: 'Puedo decirle a Fiona que ahora no tiene que preocuparse tanto'.

Lance se hizo cargo del té para la resaca y despertó suavemente a Yvette. Sin embargo, Yvette estaba profundamente dormida y no se despertó ni siquiera cuando la llamó por su nombre en voz baja.

Por lo tanto, él no tuvo más remedio que dejar a un lado el té para la resaca.

Luego, él se acercó para sentarla. Yvette estaba aturdida. Cuando su sueño fue interrumpido, ella estaba de mal genio y abofeteó a Lance en la cara.

El rostro de Lance se oscureció por un momento. Él suspiró, tomó su mano y le acarició suavemente la cara.

"Despierta. Toma el té para la resaca antes de dormir. Abre la boca…".

Lance se arremangó, revelando sus fuertes y delgados brazos. A él no le importaba si el hedor a alcohol proveniente de Yvette se pegaría a su cuerpo.

Yvette estaba molesta por el ruido y levantó los párpados aturdida. Luego, ella cerró la boca con fuerza como si no fuera a cooperar.

Lance le dio unas palmaditas en la cara, le llevó el té para la resaca a la boca y la trató de convencer.