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La sala de estar se quedó en silencio.
Nicole no podía soportarlo más y miró a la Señora Lindstrom.
"Señora Lindstrom, si prestaste atención a los asuntos internacionales, sabrás que portar armas en Sudáfrica no es ilegal. Tu helicóptero caerá al océano si se queda sin combustible a mitad de camino. Si no cae al océano, tu gente será perseguida y asesinada. Puedes intentarlo y hacerlo si tienes la confianza, pero esto es lo mejor que podemos hacer por ti”.
Nicole se encogió de hombros y el rostro de la Señora Lindstrom se puso pálido.
“Entonces, ¿ellos tienen armas y no podemos llamar a la policía?”.
Clayton bajó la vista, sin hablar. Simplemente giraba suavemente la taza de té en su mano.
Floyd también suspiró.
“Si buscas a la Interpol, ¿no estaría expuesta mi familia por sacar a tu hijo de contrabando? Será mejor que tengas claro qué ruta quieres. No juegues con nosotros”.
Floyd dejó su taza pesadamente sobre la mesa.
La expresión del Señor Lindstrom cambió dramáticamente, y la Señora Lindstrom no se atrevió a decir una palabra.
El Señor Lindstrom dijo: “No queríamos decir eso. Mi esposa no tiene ni idea. Estoy completamente de acuerdo con el plan del Señor Sloan. ¡No tengo nada que decir mientras puedas traer a mi hijo de vuelta!”.
Clayton sonrió levemente. “No te preocupes, Señor Lindstrom. Puede haber ocasiones en las que perdamos contacto con Samuel durante el proceso y no haya nada que pueda hacer al respecto. Pero te avisaré después de dos o tres meses cuando él llegue”.
Se puso de pie después de terminar su oración, indicando a los invitados que se fueran.
El Señor Lindstrom no se quedó porque se sentía avergonzado y solo pudo levantarse para irse con la Señora Lindstrom.
Floyd permaneció allí con una expresión confundida, luciendo realmente enojado e impotente.
“Quería ayudarlos, pensando que son nuestros compatriotas. ¡¿Pero escuchaste lo que dijo esa mujer hace un momento?! ¡¿Incluso se está quejando de que Clayton no se está esforzando lo suficiente?!”.
El estúpido plan de la Señora Lindstrom de hace un momento mostraba cuán insatisfecha estaba con el plan de Clayton.
Sin embargo, su poder era limitado, por lo tanto, querían que la familia Stanton los ayudara.
Floyd lo escuchó y se enfureció.
Nicole sonrió y sacudió la cabeza.
"No importa... Solo están ansiosos, lo cual es comprensible".
Floyd se puso de pie. “Si no fuera comprensible, los habría echado hace mucho tiempo”.
Después de hablar, Floyd miró a Clayton.
“No te lo tomes a pecho. Sé que hiciste lo mejor que pudiste”.
Clayton sonrió. “No lo haré, Papá. Entiendo".
Aunque Clayton dijo eso, en realidad no tenía ningún interés en salvar a Samuel.
Sin embargo, todo valía la pena si podía dejar una buena impresión en su suegro.
Nicole tomó el brazo de Clayton y suspiró.
“Mi amor ha sido ofendido. ¡Una persona amable como tú definitivamente tendrá un buen karma!”.
Clayton quedó atónito por la repentina simpatía de Nicole por él.
La frialdad en su corazón acababa de desaparecer sin dejar rastro.
Él sonrió, bajó la cabeza y dijo con modestia: “Está bien. No me siento ofendido”.
Floyd frunció el ceño cuando vio a los dos pegados. Se levantó con desdén.
“¡Ni siquiera puedes sentarte correctamente! ¿Dónde están tus modales?".
Después de decir eso, Floyd se puso de pie y subió las escaleras con las manos a la espalda.
A su edad, él ya no podía soportar actos tan cursis.
¡Era mejor no ver ni pensar en eso!
Al ver esto, Nicole se rio y se acurrucó en el sofá.
...
En el depósito.
Cuando Tyler vio las antigüedades cuidadosamente guardadas en la caja, sus ojos se iluminaron al instante.
Había caligrafía antigua, pinturas, jarrones de la antigüedad y todo tipo de adornos valiosos que valían una fortuna.
Realmente no esperaba que una mujer como Nicole jugara con algo tan valioso.
Tyler abrió con cuidado una de las cajas y tocó el interior.
De repente, sintió algo frío en la punta de los dedos. Su expresión cambió dramáticamente y lentamente retiró su mano.
¡M*ldición!
Nicole no estaba mintiendo. Realmente había un artefacto explosivo dentro.
Sería fácil tomar una o dos de estas cajas. Pero con tantas cajas aquí, probablemente se convertirían en cenizas si perdían una de ellas.
No valía la pena el riesgo.
Los subordinados de Tyler lo siguieron al interior y echaron un vistazo.
“Jefe, hay 16 cajas en total. ¿Podría ser esto una trampa?”.
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