La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 2133

Sean inclinó la cabeza y encendió un cigarrillo.

Lo había planeado todo en secreto y fue acumulando poder poco a poco para que los demás no pudieran subestimarlo. Sean podría reemplazar al viejo amo siempre y cuando descubriera quién era el que lo respaldaba.

Aunque Sean había estado trabajando para el viejo amo, solo era un ‘subordinado’ de confianza.

Sean no se conformaba con ser el líder de un pequeño grupo.

El viejo amo arruinó todo lo relacionado con Sean y lo tomó bajo su ala pensando que Sean sería agradecido y obediente.

Sean entrecerró los ojos y le pareció ver a Yvette acercándose desde las sombras.

Se le movió la garganta e inmediatamente quiso apagar el cigarrillo que tenía en la mano.

Sean sabía que a Yvette no le gustaba el humo de los cigarrillos, pero tampoco le agradaba él.

Aun así, Sean se levantó rápidamente para ponerse serio.

La figura que tenía delante desapareció.

Era solo una ilusión.

Cierto, ¿cómo podría Yvette encontrar este lugar?

Aunque Yvette estuviera encerrada en la villa durante más de un año, nunca tendría el cerebro para encontrar este lugar.

Sean se sintió repentinamente enojado y respiró profundamente.

Giró la cabeza para mirar un cajón de la estantería y lo abrió.

Había muchas drogas y agujas dentro.

Sean estaba a punto de tomarlo cuando de repente recordó algo. Entonces, lo cerró inmediatamente.

Ya no necesitaba depender de estas cosas porque podía contenerse.

Si no fuera por el extraordinario autocontrol de Sean, no habría sido favorecido por el viejo amo.

Sean nunca olvidaría aquellos días en los que su vida se arruinó.

La mujer que amaba se casó con otro.

Su carrera también se vio continuamente afectada.

Sean no tenía ninguna esperanza en la vida.

Terminó sin nada después de trabajar duro por tanto tiempo.

Fue en ese momento cuando accidentalmente rescató a un anciano de un accidente de coche.

Ese anciano le cambió la vida.

Sean empujó al anciano a un lado y fue atropellado por un coche. Tuvo una hemorragia interna y fue a urgencias.

Solo más tarde se enteró de que alguien estaba tratando de matar al anciano en ese accidente de coche.

Sean solo fue daño colateral.

El viejo amo vio lo derrotado que estaba Sean, así que se lo llevó para tantear el terreno y lo introdujo en su negocio, el club nocturno Mariposa.

Obviamente, Sean era más que capaz de gestionar un club nocturno.

Fue valorado por el viejo amo, y debido a esto, se convirtió en una molestia para los demás.

Más tarde, alguien drogó a Sean y le inyectó a la fuerza una sustancia.

Destruyeron el espíritu de un joven sano.

Sean se fue haciendo adicto a esas sustancias y fue abandonado por su antiguo amo.

Hasta que un día, Sean vio a Yvette, quien seguía siendo tan bella y deslumbrante en un banquete.

Sean, quien no había asimilado su ruptura, sintió de repente un deseo que surgía en su interior.

Quería recuperar a Yvette y volver a ser él mismo.

Por ello, intentó desesperadamente dejar las drogas.

Esa fue su época más oscura.

Sean casi no se atrevió a volver a ver a Yvette.

Eso fue porque sabía que si se convertía en un drogadicto, no se atrevía a pensar en la mirada condescendiente que le daría Yvette.

Sabía que la chica que le gustaba era tan orgullosa que exigía mucho a la gente que la rodeaba.

Otros pensaban que era imprudente, estúpida, voluntariosa e incompetente, pero él pensaba que Yvette era perfecta.

Le gustaba todo de ella.

El tiempo que pasó con ella fue el más agradable de su vida.

Hace algún tiempo, Sean se puso en contacto con la gente que rodeaba al viejo amo y descubrió que éste fue quien ordenó que le inyectaran drogas.

El viejo amo debía primero destruir a Sean y reconstruirlo para poder utilizarlo plenamente.

Pero no le importaban las consecuencias.

Si Sean no hubiera podido recuperar la sobriedad, el viejo amo ya no lo valoraría.

Sean simplemente sería dejado a pudrir en una zanja.

Cuando se acercó y se encontró con la brillante mirada de Yvette, su cuerpo se tensó por un momento.

Yvette se dio cuenta de su mirada sorprendida, pero actuó con calma como si no viera nada.

"¿Qué haces aquí?".

Sean suspiró. Por el tono de la mujer, se dio cuenta de que seguía enfadada por lo sucedido con Melissa.

Esto no le molestó. Por el contrario, se alegró bastante.

¿Era porque Yvette se preocupaba por él y estaba celosa?

En la oscuridad, sus ojos se iluminaron por un momento.

Al segundo siguiente, Yvette se cubrió la nariz, retrocedió, bajó de un salto de la cama y abrió la ventana para ventilar la habitación.

La cara de Sean se congeló ligeramente.

De repente se le ocurrió algo, así que sacó un paquete de cigarrillos y se lo entregó.

"¿Quieres uno?".

Sabía que Yvette sabía fumar.

Solían fumar y charlar innumerables veces por la noche.

Sin embargo, Yvette sacudió la cabeza y lo rechazó.

Sean entrecerró los ojos y la miró fijamente.

"¿Lo has dejado? ¿O es que Lance no te permite fumar?".

No era propio de Yvette contenerse.

Yvette lo miró con una complicada sonrisa no disimulada.

"Nos estábamos preparando para el embarazo, así que dejé de fumar hace tiempo".

Cuando Sean escuchó esto, su cuerpo, ya relajado, se puso rígido al instante.

Su rostro se volvió más frío y oscuro que la noche.

Sus ojos oscuros la miraban fijamente como si fuera a comérsela.

Cuando Yvette dijo esto, se sintió incómoda.

Sin embargo, se alegró al ver la reacción de Sean.

"¿Creías que Lance y yo no podíamos permitirnos criar a un niño?".