La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 2177

Yvette sostuvo la botella de agua y se levantó lentamente.

Miró las olas a lo lejos, parpadeó y miró hacia otro lado.

Sean tuvo una vida emocionante, la cual lo llevó a la muerte.

Yvette no vio a Cabeza de Serpiente ni a sus subordinados saliendo de la fábrica, por lo tanto, pensó que debieron haberse ido.

Todo había terminado.

Yvette nunca volvería a este lugar.

Después de subirse al coche, Tate le entregó a Yvette su teléfono.

“Puedes llamar a tus familiares y decirles que ahora estás a salvo”.

Yvette parpadeó. Las emociones complicadas en su corazón surgieron.

La vida tenía que continuar. Yvette había pasado por tantos peligros y pruebas, así que tenía que vivir una buena vida de ahora en adelante.

Yvette tomó el teléfono y llamó a su madre.

En breve, la Señora Quimbey contestó con voz ronca y cansada: “¿Quién es?”.

"Mamá, soy yo".

“¿Yvie? ¡¿Realmente eres tú?! Estoy a punto de morir de ansiedad. ¿Estás bien?".

La Señora Quimbey se estaba aguantando las lágrimas, por lo tanto, era evidente lo ansiosa que estaba.

Yvette relajó su voz y respondió: “Sí, estoy bien. Volveré pronto. ¡Siento haberte preocupado, Mamá!”.

"Niña tonta. ¡Todo lo que importa es que estás bien!”.

La Señora Quimbey se echó a llorar y sollozó hasta quedarse sin aliento.

Yvette sentía que no podía controlar sus emociones, entonces colgó el teléfono después de decir algunas palabras.

Ella le devolvió el teléfono a Tate y lo miró.

"¿Sabías sobre el plan de hoy?".

Tate frunció los labios y sacudió la cabeza.

“Sean parecía confiar mucho en mí, pero es muy cauteloso. Él me pidió que me pusiera en contacto con Cabeza de Serpiente, pero también contactó a Cabeza de Serpiente en privado para vigilarme. Solo descubrí cuál era su plan después de que llegué al lugar de intercambio y no vi a nadie allí. Todo esto es gracias a ti por avisar a la policía a tiempo. Hasta donde yo sé, Cabeza de Serpiente no habría ayudado o cooperado con la policía tan fácilmente. Creo que alguien se puso en contacto con él primero”.

Yvette frunció los labios. “Fue el Viejo Amo. Lo escuché decirle a Sean al respecto”.

Tate la miró con una expresión inmutable.

“No solo fue el Viejo Amo. Quienquiera que te haya dado los aretes recibió tu mensaje tan pronto pediste ayuda. Ella coordinó los intereses de todas las partes y sopesó las ventajas y desventajas en el menor tiempo posible. Esto es algo que nunca se había hecho antes. Tienes que agradecerle apropiadamente. Si Cabeza de Serpiente no hubiera aparecido, la policía no habría llegado tan lejos. Es por eso que la policía no perseguirá a Cabeza de Serpiente por ahora. Sin embargo, no dejaremos que el Viejo Amo se salga con la suya. No sé cuál es la relación entre tú y el Viejo Amo, pero de ahora en adelante, no tienes nada que ver con este caso. Una vez regreses, no te involucres con nada”.

Yvette bajó los ojos y curvó las comisuras de los labios.

“Nunca pensé en involucrarme en nada, y no los encubriré”.

Tate hizo una pausa. "Sé que no eres ese tipo de persona".

Después de un momento, un oficial de policía se acercó corriendo desde afuera. Bajo la luz del sol, su sonrisa era alegre, recta, limpia y pura.

Yvette no había visto a una persona así en mucho tiempo.

El oficial de policía que conocía a Tate los miró con una sonrisa, sacó un paquete de galletas de su bolsillo y se lo entregó a Yvette.

"¿Tienes hambre? Iremos a buscar en la villa de Sean. ¿Deberíamos llevarte de vuelta primero?”.

Yvette sostuvo el paquete de galletas y sintió que le dolían un poco los ojos.

Tate miró a Yvette.

“No iremos a la villa. Ustedes deberían tener cuidado”.

Yvette hizo una pausa. “Me pregunto si Farley está muerto…”.

Su voz era muy baja y fruncía los labios. Ella no sabía si tenía que asumir las consecuencias.

Después de todo, la persona a la que pretendía matar era Sean.

Tate dijo con calma: “Todo esto ha terminado. No te preocupes. Todos son traficantes de drogas que han cometido crímenes capitales y han matado a innumerables personas. Solo estabas actuando en defensa propia, por lo tanto, la ley te hará justicia”.

Yvette asintió.

Ella no quería pensar en nada ahora.

Lo único que quería era dormir bien.

Tate la llevó de vuelta a un hotel y la puso al cuidado de una mujer policía.

Luego, él se puso a trabajar en este caso.