La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 229

Hotel Hilton.

Muchas celebridades y dignatarios estaban invitados a la fiesta de cumpleaños de Nicole.

Como Grant mencionó anteriormente, esta era una buena oportunidad para establecer contactos.

Floyd Stanton estaba dispuesto a derrochar dinero en su hija.

Él alquiló todo el hotel. Toda la calle fue cerrada y guardaespaldas fueron colocados para proteger a los invitados.

El lugar era luminoso, lujoso y extraordinario.

En la enorme pantalla electrónica de afuera aparecía la foto de Nicole. Ella se veía tan hermosa y valerosa.

"¡Feliz cumpleaños a Nicole Stanton!".

Esta frase dominaba los temas en tendencia de Internet y el espacio publicitario por un valor de diez millones de dólares en pocos segundos.

La escala de este evento era aún más grandiosa y lujosa que la gala de aniversario de la Corporación Stanton.

Demostraba lo mucho que la familia Stanton mimaba a Nicole.

Ellos querían que esa noche ella se convirtiera en la persona más deslumbrante de toda la ciudad.

El salón del hotel.

Nicole, Yvette y Julie se estaban maquillando.

Como no había desconocidos alrededor, eran más casuales.

Nicole miraba una mesa de accesorios de oro, plata y diamantes.

Las joyas brillaban mucho bajo la luz, y todo el lugar olía a dinero.

¡Esta era la mejor sensación que se podía tener!

Nicole llevaba un vestido negro sencillo pero extremadamente elegante que delineaba perfectamente su esbelta figura. Contrastaba con su piel clara, lo cual la hacía lucir muy brillante y hermosa.

Ella tenía una realeza tan innata que incluso sin ningún accesorio, Nicole seguiría luciendo extraordinaria y noble con solo estar parada allí.

Yvette y Julie miraban con asombro los accesorios de diamantes que Floyd les había enviado.

Esto era casi como toda la colección de joyas de toda la ciudad.

¡Nunca habían visto tanta grandeza!

Nicole se estaba probando los anillos uno por uno.

Los diamantes blancos eran cristalinos. Los diamantes rosas eran lindos y encantadores. Los diamantes negros eran preciosos y raros.

Nicole tenía un anillo de diamantes en cada uno de sus dedos.

Ella dejó escapar un suspiro de pesar y miró a sus amigas, sacudiendo sus dedos enjoyados.

“¡Es una pena que no pueda usarlos todos a la vez! Me gustan tanto todos…”.

Yvette y Julie se quedaron sin palabras. ‘¿Tiene que ser tan exagerada esta ricachona?’.

Nicole se miró en el espejo. Ella era perfecta.