La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 294
Sobre La Heredera Divorciada Billonaria - Capítulo 294 Véndaselo a él
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El cuerpo de Nicole se puso rígido instintivamente por un momento. Era demasiado tarde para evitarlo.
Eric Ferguson ya había caminado frente a ella a grandes zancadas.
Sacó la foto de su bolsillo. Su ceño estaba ligeramente fruncido mientras miraba fijamente el cuadro en la pared.
Era exactamente lo mismo.
Su rostro estaba pálido. “¿Cómo…?”.
El Señor Wilheim miró la foto en la mano de Eric y dijo con voz indiferente: “Oh, entonces fuiste tú quien robó mi foto…”.
El rostro de Eric estaba sombrío. Lanzó una mirada a Nicole, pero ella deliberadamente no lo miró.
El ligero maquillaje de Nicole era exquisito. Su largo vestido rosa delineaba su figura perfecta en todos los lugares correctos y la hacía lucir tan deslumbrante. No se veía tan fría como de costumbre, sino más suave. Era tan hermosa que él no podía apartar los ojos de ella.
La mirada de Eric se oscureció levemente. “Señor Wilheim, esta foto…”.
“Sí, yo tomé esta foto. Esta chica te arrastró fuera de ese lugar mientras yo tomaba café al otro lado de la calle. Este es uno de mis trabajos más satisfactorios. ¿Lo quieres?”.
Las palabras del anciano invalidaban la anterior negación de Nicole de que ella no era la persona del cuadro.
Una vez que Nicole escuchó esto, se puso furiosa. “Viejo Amo, ¡¿cómo pudo?! ¡Yo fui la que preguntó primero!”.
El solo dijo que no estaba a la venta, así que si quería venderlo, debería ser por regla por orden de llegada.
El anciano miró a Eric Ferguson con una sonrisa.
“Siempre vendo mis obras en base a mi estado de ánimo y de quien sea más agradable a mi vista”.
El Señor Wilheim trató el cuadro que Gillian y Chloe Snyder querían la última vez de la misma manera.
La mirada de Eric era profunda con una leve chispa en ellos. Curvó los labios.
“Lo quiero. Señor Wilheim, indique su precio”.
¡Cualquier cantidad valía la pena!
La sonrisa del Señor Wilheim se hizo más profunda cuando extendió un dedo índice.
Eric no dudó en dirigirse a Mitchell, quien estaba detrás de él, y le dijo: “Transfiere 100 millones de dólares al Señor Wilheim de inmediato”.
Mitchell se sorprendió. ‘¿100 millones de dólares por un cuadro? Incluso una obra maestra o antigua reliquia no es tan valiosa…’.
El Señor Wilheim sonrió y miró a Nicole. “Transfiérelo a ella, ya que la pinté de todos modos”.
Nicole estaba tan exasperada que no podía hablar. ¡Este anciano perdió la cabeza!
No podía quedarse allí ni un segundo más.
Justo cuando Nicole estaba a punto de irse enojada, Nathaniel se acercó con una sonrisa frívola. “¡Nikki, aquí estás! Te estaba buscando por todas partes…”.
“Oye, Tío Eric. ¿Por qué estás aquí también?”.
Cuando Eric vio a Nathaniel, su rostro se ensombreció. Sus ojos se volvieron aún más fríos cuando escuchó a Nathaniel llamarla “Nikki” tan íntimamente.
La presión del aire a su alrededor bajó inconscientemente.
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