La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 391

Mitchell respiró profundamente ante las palabras de Nicole, sin saber cómo responder.

Sin embargo, la persona que yacía en la cama fingiendo ser un cadáver no pudo contenerse más y se levantó en el segundo siguiente.

"¡¿Quieres incinerarme tan rápido?!".

El pecho de Eric estaba muy agitado, pero nadie sabía si era por asfixia o por ira.

Él por fin se despertó después de sobrevivir a un accidente de coche, ¡pero estuvo a punto de morir por culpa de Nicole!

Cuando Eric despertó, Mitchell le describió con gran detalle lo preocupada y desesperada que había estado Nicole.

Eric volvió a sentir un vigor en su cuerpo. ‘¡Parece que no fui herido por nada!’.

Por desgracia, no pudo ver por sí mismo lo triste que había estado Nicole por él.

Por lo tanto, a Eric se le ocurrió la idea de hacerse el muerto.

‘Tal vez pueda aprovechar esta oportunidad para volver a estar con ella…’.

Sin embargo, Nicole solo preguntó por los preparativos del funeral en cuanto lo vio ‘muerto’.

Eric no pudo soportarlo.

Nicole se quedó allí con una expresión tranquila, mirándolo con los brazos cruzados.

"Oh, ¿así que no estabas muerto?".

Eric se quedó sin palabras.

Estaba bien si ella no le mostrara la calidez y el afecto que él imaginaba, pero ¿por qué parecía decepcionada cuando descubrió que él no estaba muerto?

Las mandíbulas de Eric se tensaron con una expresión de agravio. Las comisuras de sus ojos se enrojecieron y la miró fijamente sin hablar.

Nicole se quedó callada durante un segundo. Su corazón se volvió amargo. Ella retiró su mirada burlona.

"Me alegra que no estés muerto, Eric".

Ella estaba muy contenta de que él estuviera vivo.

En cuanto escuchó esto, Eric sonrió. La penumbra de antes se desvaneció en un instante.

Él extendió la mano y la trajo hacia sus brazos.

Nicole no esperaba que él fuera tan fuerte estando herido, así que no estaba preparada y se estrelló contra su abrazo.

El refrescante olor a menta del cuerpo de él la invadió al instante. Sus latidos del corazón eran fuertes y constantes.

Los ojos de ella se enrojecieron inconscientemente.

Ella se dio cuenta de que él la estaba abrazando con fuerza, pero no se resistió porque tenía miedo de perturbar sus heridas. Él le acarició el cabello con suavidad.

La voz de él era ronca y grave. “Casi no llego a verte de nuevo…”.

Para él, esto era lo más lamentable.