Resumo de Capítulo 49 Tíralo a la basura – Capítulo essencial de La Heredera Divorciada Billonaria por Internet
O capítulo Capítulo 49 Tíralo a la basura é um dos momentos mais intensos da obra La Heredera Divorciada Billonaria, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Romance, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
El despertador de Nicole sonó, despertándola de su sueño reparador.
Nicole había solicitado volver a su apartamento la noche anterior. Se sentía mucho más cómoda al despertarse sin tantas sirvientas a su alrededor.
Miró su celular y vio que las fotos de la fiesta de anoche la habían llevado a ella y a Eric a la fama una vez más.
[¿Se sospecha que una ex pareja rica vuelve a estar junta?].
El mensaje iba adjunta a una foto del beso de Eric y Nicole al final del baile. Era una toma ingeniosa. Incluso la iluminación y el fondo se veían muy artísticos.
Nicole se burló y no le prestó atención. Cerró el artículo, y abrió su correo electrónico.
Logan ya le había enviado a Nicole la agenda del día a primera hora de la mañana. Nicole se lavó, mientras escuchaba algunas noticias de finanzas.
Los problemas de anoche se habían olvidado después de un buen sueño, y no dejaría que Eric Ferguson volviera a afectar su estado de ánimo.
Yvette seguía bombardeando a Nicole con llamadas porque acababa de ver la foto publicada en línea. Ella quería confirmar la veracidad del asunto, ya que la foto no parecía retocada.
Nicole le contestó y le explicó con impotencia lo sucedido. Yvette respiró aliviada y empezó a hablar mal de los Ferguson, pero de repente dijo: “¡Oye, mira! ¡El artículo ha sido eliminado!”.
Después de verificar, Nicole confirmó que ya no existía.
Nicole no iba a malgastar su dinero en esto, así que ¿quién pudo haber dado la orden?
¿Eric Ferguson?
Yvette se rio a carcajadas al otro lado de la llamada. “¡Mira nuestro chat grupal! ¡Ian gastó dinero para eliminarla!”.
Nicole abrió su chat grupal y vio una tonelada de mensajes.
[Ian Carter: ¡$1 millón de dólares en honorarios de relaciones públicas! ¡Pero qué audacia tienen!].
[Yvette Quimbey: Carter, ¿no estabas en la fiesta anoche? ¿Por qué no hay una sola foto de ti?].
[Julie Nixon: Si hay una foto de él, me pregunto quién pagará para eliminarla...].
[Yvette Quimbey: ¡Jajajajaja!].
[Ian Carter: ¡Qué malos!].
Nicole se rio con impotencia y envió un mensaje.
[Nicole Stanton: La próxima vez, por favor transfiéreme el dinero directamente, yo misma saldré a hacer una declaración al respecto].
[Ian Carter: *llora de desesperación* *vomita sangre*].
Nicole guardó su celular y se sintió mucho más feliz.
Ian Carter].
A Nicole le dio un vuelco el corazón, y le dijo a la recepcionista: “Tíralo a la basura por mí, gracias”.
Después de dar dos pasos, Nicole se detuvo en seco y miró hacia atrás. “Si recibes más flores en el futuro, simplemente recházalas”.
Ella no quería darle a Ian la más mínima esperanza, y quería cortar de raíz su pequeña intención.
“Sí, Señora”. La recepcionista se mostró arrepentida. ‘Estas flores son tan bonitas... pero igual las va a tirar a la basura...’.
La reunión comenzó puntualmente a las 8:00 am.
Cuando Nicole entró en la sala de conferencias, ya todos habían llegado. Nicole se sentó en el asiento principal y miró a las personas en la sala. “Nuestra cooperación con Corporación J&L ha comenzado. Ahora, tendremos que formar un equipo de proyecto para hacer un seguimiento de las tareas. Logan les enviará a todos una lista más tarde”.
Todos sabían que esta cooperación con Corporación J&L estaba en un campo completamente nuevo. Involucrarse en este proyecto probablemente los llevaría al éxito, por lo que todos estaban muy emocionados.
Después de la reunión, Samantha Lindt se acercó a Nicole.
“Vicepresidenta Nicole, ¿por qué no estoy en la lista?”.
‘¿Cómo puedo perderme la excelente oportunidad de participar en un proyecto tan crucial como este?’
Nicole levantó la mirada de su escritorio y arqueó las cejas. “Si todos los empleados que no están en la lista vinieran a hacerme esta pregunta, miles de personas llamarían a mi puerta. ¿Cómo crees que debo responder?”.
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