La Heredera Divorciada Billonaria romance Capítulo 499

Gerard Lichman no se atrevía a sonreír porque podía sentir claramente la tensión en el aire.

Los ojos de Eric eran sombríos y fríos al encontrarse con la mirada profunda y arrogante de Clayton sin pestañear.

"Parece que algunas personas no tienen conciencia de sí mismas".

"Señor Ferguson, si tú no tienes ninguna, ¿por qué debería tenerla yo?”.

Esto se consideraba un enfrentamiento oficial.

Clayton se rio y se dio la vuelta para irse.

Eric resopló. Su sonrisa era arrogante y despiadada con un toque de impotencia.

La sala estaba extremadamente fría.

El vestíbulo de la Corporación J&L.

Nicole estaba de pie con su teléfono frente a la enorme ventana de suelo al techo. Estaba atendiendo una llamada y parecía muy relajada mientras miraba por la ventana con una sonrisa leve mientras sostenía su abrigo con una mano. Parecía complacida de sí misma.

Al ver a Clayton acercándose, Nicole colgó el teléfono. "Señor Sloan, ¿hay algo más?”.

Clayton tenía la mano en el bolsillo mientras le sonreía. "Lo más urgente ahora es invitarte a almorzar".

Esta era la segunda vez que él se lo pedía hoy, así que no era bueno negarse.

Nicole hizo una pausa y se rio. "Está bien, pero debería ser yo quien pague”.

Ella solo se negó antes porque no quería compartir la misma mesa con Eric Ferguson. Sin Eric allí, ella no tenía ninguna inquietud.

Los dos entraron en el mismo coche, lo cual fue visto por Eric, quien estaba de pie arriba.

Una frialdad espesa envolvía su cuerpo.

El disgusto en el corazón de Eric se reflejaba en su rostro. Incluso su pecho se sentía apretado.

Gerard se aclaró la garganta. “No estés triste. Que se hayan ido juntos no significa nada”.

Él solo podía darle a Eric un leve consuelo. ‘Si tanto le gusta ¿por qué Eric no apreció a Nicole cuando estaban casados?’.

Clayton y Nicole fueron a un restaurante privado. Los clientes de allí eran todos habituales.

Estaba situado en una villa suburbana con un ambiente agradable. La comida que se servía también era deliciosa.

Nicole había venido aquí con Yvette y sus amigas un par de veces, pero se necesitaba una reserva para entrar.